17 abril, 2006

El PP gana las elecciones al PSOE… en la masonería. Eso sí, entre denuncias de ‘pucherazo’

El PSOE no tiene ante sí un camino de rosas, si hemos de hacer caso a algunos indicadores sectoriales. Y ello es así porque, aunque las encuestas políticas dan al partido de José Luis Rodríguez Zapatero una cómoda ventaja sobre su principal rival, lo cierto es que el PP acaba de ganar las elecciones... entre los masones españoles. Sólo haría falta que Mariano Rajoy echase mano de esta anécdota para insuflar ánimo a sus tropas y levantar la moral de su equipo después de la mini remodelación gubernamental de Zapatero y de que el Estatut parece que puede dejar de ser una contundente arma arrojadiza.

Así las cosas, el popular José Carretero ganó por un apretado margen a su principal oponente, el hasta ahora Gran Maestre de la Gran Logia de España, Josep Corominas, un psiquiatra catalán que había sido diputado del PSC-PSOE en anteriores legislaturas. Fueron 17 votos que hicieron a Corominas abandonar el cargo que había ostentado los últimos cuatro años y que habían llevado la paz a las logias masónicas después de que su antecesor, el gallego Tomás Sarobe, saliese por la puerta falsa de la mayor organización de masones de España.

Claro que no llueve a gusto de todos y un grupo de masones ha decidido interponer una demanda judicial para forzar un cambio en el sistema de elección del Gran Maestre. Hasta el momento, son determinados maestros los que tienen voto para tal elección, independientemente del número de miembros que tengan sus respectivas logias. Las voces discrepantes pretenden que el número de votos sean representativos del número de masones afiliados a las logias, lo que sería toda una revolución interna de las logias. De lo contrario, añaden, se pueden considerar anticonstitucionales.

Además, según las mismas fuentes, se evitarían situaciones que podrían dar lugar a malinterpretaciones o a compras de voluntades. En este sentido, critican con dureza lo acontecido en las últimas elecciones: muchos maestros masones, especialmente jubilados británicos asentados en la costa del Levante y el Sur de España, disfrutaron de viajes de placer junto a sus cónyuges, presuntamente pagados por José Carretero, que así se aseguró el voto de la comunidad inglesa, esencial para ganar unas elecciones según el sistema actual. La fuerza de los británicos (los masones votan en la circunscripción donde viven habitualmente, no en su país de origen) se vería diezmada si los masones españoles, que multiplican su número, viesen reflejado su voto de manera proporcional a la afiliación que hay en España.

Sin embargo, ni siquiera los más optimistas tienen mucha confianza en que la demanda salga adelante, ya que, jurídicamente, es difícil aseverar que las normas que rigen a los masones como asociación privada contravienen los principios constitucionales.



Fuente:
http://www.elconfidencial.com/elconfidente/indice.asp?edicion=17/04/2006&pass=