ROTARY INTERNATIONAL CLUB
PEDRO HUESO UNA CHARLA CON EL ROTARY INTERNATIONAL CLUB
«Los rotarios no somos ni un grupo de presión ni una ONG sino una fuerza cívica»
La célula donostiarra del Rotary International Club está formada por 16 ciudadanos conscientes de sus deberes con la sociedad. Se juntan martes y jueves. En la noche
BEGOÑA DEL TESO/
La charla tuvo lugar en el salón Wellington del Hotel de Londres y de Inglaterra. La compañía, exquisita: Pedro Hueso, presidente del Rotary International Club de San Sebastián, y otro caballero rotario, liberal, republicano, oftalmólogo, ciudadano por convicción y mil proezas más: José Luis Munoa.
- Desde la fascinación y admiración por ambas sociedades, ¿qué tienen en común los rotarios y los masones?
- Desde la fraternidad: nada.
- ¿Seguro? Sociedades de presencia subterránea, gran valor y poder, perseguidas por...
- De acuerdo. Tenemos en común que Franco no permitió nuestras actividades. A los masones les persiguió y a los rotarios les juró que mientras él viviera no habría Rotary Club en este país. Y luego está lo de aquel obispo gallego.
- ¿ Qué pasó con el señor obispo? ¿Les excomulgó?
- Al contrario. Al establecerse los rotarios por primera vez en España, en los años 20, (El Rotary Club fue fundado en 1905 en Estados Unidos), aquel obispo sentenció que nosotros y los masones éramos de las pocas sociedades, acaso las únicas, basadas en la moral natural, la que hace que todo ser humano sepa dónde está el Bien y dónde el Mal.
- Bravo por el señor obispo. Sin embargo, otras muchas gentes piensan que ustedes los rotarios son todo un grupo de presión.
- ¿Un lobby de esos que tanta fuerza tienen en, por ejemplo, la política internacional de Estados Unidos? No, no lo somos.
- Les creo, pero una organización con más de 36.000 clubes repartidos por el planeta y casi 1.300.000 miembros ha de tener una fuerza increíble.
- La tenemos, por supuesto. Nos estamos expandiendo por toda Asia, por Europa del Este, por África. Hemos conseguido parar guerras inciviles para vacunar a pueblos que se morían, hemos participado a muerte en la erradicación de la polio, presentado una lucha sin cuartel para paliar la devastación provocada por el tsunami de Indonesia...
- Así contado, el Rotary no parece un lobby. Se diría una ONG.
- Tampoco. Lo que en realidad somos es una fuerza cívica, un poder civil.
- Eso suena revolucionario, libertario casi. Sin embargo, ustedes se reúnen en elegantísimos salones de los grandes hoteles del mundo.
- Cierto. La élite. El Rotary busca a los individuos más válidos de cada sociedad para crear con ellos una trama perfecta.
- Eso implica, digamos, cierta exclusividad y números 'clausus'.
- Te lo acepto. No queremos multitudes, masas. Buscamos gente de gran presencia social. Lo dicho, para crear un tramaje que, al estar perfectamente relacionado en todas sus capas, pueda hacer frente a cualquier urgencia planetaria. O próxima. Necesitamos médicos, abogados, músicos, empresarios, exportadores, hombres y mujeres de negocios, pintores, marinos. Personas de un talante especial. Ciudadanos con conciencia de ciudadanos.
- Desarrollemos esa idea de ciudadanos con conciencia de tales.
- En el San Sebastián de otros tiempos no hubiéramos tenido que explicar esa idea. No en aquella Donostia liberal y afrancesada. En la de 1927, cuando los donostiarras más preclaros, incluido quien luego sería el director del ABC republicano, fundaron la célula nuestra del Rotary. Ahora, las conciencias y la concienciación se van apagando, recelan. Sin embargo, los rotarios son precisamente eso: ciudadanos que no ignoran que, por serlo, tienen no sólo derechos sino, ante todo, deberes y responsabilidades.
- ¿Un rotario es un rotario allá donde esté, allá donde vaya?
- Ante todo y sobre todo. En muchos, en muchísimos lugares, verás a la entrada de la ciudad, del pueblo, de la villa, una rueda rotaria, nuestro símbolo, proclamando que ahí estamos y anunciando los días de reunión. Un rotario no se pierde en el mundo. Puede atravesarlo de club en club. De ahí la idea del entramado, de la red subterránea.
- Curioso: el Rotary avanza imparable por países que despiertan.
- Curioso no, lógico. El Rotary se extiende por países y continentes donde hay mucho por hacer. Donde hay que actuar.
Fuente:
http://www.diariovasco.com/pg060205/
prensa/noticias/San_Sebastian/
200602/05/DVA-SSB-169.html
«Los rotarios no somos ni un grupo de presión ni una ONG sino una fuerza cívica»
La célula donostiarra del Rotary International Club está formada por 16 ciudadanos conscientes de sus deberes con la sociedad. Se juntan martes y jueves. En la noche
BEGOÑA DEL TESO/
La charla tuvo lugar en el salón Wellington del Hotel de Londres y de Inglaterra. La compañía, exquisita: Pedro Hueso, presidente del Rotary International Club de San Sebastián, y otro caballero rotario, liberal, republicano, oftalmólogo, ciudadano por convicción y mil proezas más: José Luis Munoa.
- Desde la fascinación y admiración por ambas sociedades, ¿qué tienen en común los rotarios y los masones?
- Desde la fraternidad: nada.
- ¿Seguro? Sociedades de presencia subterránea, gran valor y poder, perseguidas por...
- De acuerdo. Tenemos en común que Franco no permitió nuestras actividades. A los masones les persiguió y a los rotarios les juró que mientras él viviera no habría Rotary Club en este país. Y luego está lo de aquel obispo gallego.
- ¿ Qué pasó con el señor obispo? ¿Les excomulgó?
- Al contrario. Al establecerse los rotarios por primera vez en España, en los años 20, (El Rotary Club fue fundado en 1905 en Estados Unidos), aquel obispo sentenció que nosotros y los masones éramos de las pocas sociedades, acaso las únicas, basadas en la moral natural, la que hace que todo ser humano sepa dónde está el Bien y dónde el Mal.
- Bravo por el señor obispo. Sin embargo, otras muchas gentes piensan que ustedes los rotarios son todo un grupo de presión.
- ¿Un lobby de esos que tanta fuerza tienen en, por ejemplo, la política internacional de Estados Unidos? No, no lo somos.
- Les creo, pero una organización con más de 36.000 clubes repartidos por el planeta y casi 1.300.000 miembros ha de tener una fuerza increíble.
- La tenemos, por supuesto. Nos estamos expandiendo por toda Asia, por Europa del Este, por África. Hemos conseguido parar guerras inciviles para vacunar a pueblos que se morían, hemos participado a muerte en la erradicación de la polio, presentado una lucha sin cuartel para paliar la devastación provocada por el tsunami de Indonesia...
- Así contado, el Rotary no parece un lobby. Se diría una ONG.
- Tampoco. Lo que en realidad somos es una fuerza cívica, un poder civil.
- Eso suena revolucionario, libertario casi. Sin embargo, ustedes se reúnen en elegantísimos salones de los grandes hoteles del mundo.
- Cierto. La élite. El Rotary busca a los individuos más válidos de cada sociedad para crear con ellos una trama perfecta.
- Eso implica, digamos, cierta exclusividad y números 'clausus'.
- Te lo acepto. No queremos multitudes, masas. Buscamos gente de gran presencia social. Lo dicho, para crear un tramaje que, al estar perfectamente relacionado en todas sus capas, pueda hacer frente a cualquier urgencia planetaria. O próxima. Necesitamos médicos, abogados, músicos, empresarios, exportadores, hombres y mujeres de negocios, pintores, marinos. Personas de un talante especial. Ciudadanos con conciencia de ciudadanos.
- Desarrollemos esa idea de ciudadanos con conciencia de tales.
- En el San Sebastián de otros tiempos no hubiéramos tenido que explicar esa idea. No en aquella Donostia liberal y afrancesada. En la de 1927, cuando los donostiarras más preclaros, incluido quien luego sería el director del ABC republicano, fundaron la célula nuestra del Rotary. Ahora, las conciencias y la concienciación se van apagando, recelan. Sin embargo, los rotarios son precisamente eso: ciudadanos que no ignoran que, por serlo, tienen no sólo derechos sino, ante todo, deberes y responsabilidades.
- ¿Un rotario es un rotario allá donde esté, allá donde vaya?
- Ante todo y sobre todo. En muchos, en muchísimos lugares, verás a la entrada de la ciudad, del pueblo, de la villa, una rueda rotaria, nuestro símbolo, proclamando que ahí estamos y anunciando los días de reunión. Un rotario no se pierde en el mundo. Puede atravesarlo de club en club. De ahí la idea del entramado, de la red subterránea.
- Curioso: el Rotary avanza imparable por países que despiertan.
- Curioso no, lógico. El Rotary se extiende por países y continentes donde hay mucho por hacer. Donde hay que actuar.
Fuente:
http://www.diariovasco.com/pg060205/
prensa/noticias/San_Sebastian/
200602/05/DVA-SSB-169.html
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