03 marzo, 2006

De templarios rosacruces, masones, cátaros y otros hermetismos

Los autores hacen un recorrido literario por la historia de la orden militar, objeto de análisis durante la Semana de Cine Fantástico de Málaga
ANTONIO GARRIDO/

ES impenetrable aunque sea inmaterial, es hermético, esa es la definición. Un mundo cerrado y misterioso por valor axiomático y que, por lo tanto, es todo un reto a la curiosidad. En 1656 Poussin, que vivía en Roma, recibió la visita del abad Luis Fouquet, hermano del todopoderoso superintendente de Hacienda de Luis XIV. El abad le escribió a su hermano una carta en la que afirma: Él y yo hablamos de ciertas cosas que con facilidad podré explicarte detalladamente, cosas que te darán por mediación del señor Poussin, ventajas que hasta a los reyes les costaría mucho extraer de él y que, según él, es posible que nadie más vuelva a descubrir de nuevo en los siglos venideros.

Y lo que es más, estas son cosas tan difíciles de descubrir que nada que haya ahora en esta tierra puede ser de mayor fortuna ni igual a ellas. Al poco de escribir lo anterior el abad fue encarcelado de por vida y algunos piensan que fue el hombre conocido como la Máscara de Hierro. El rey requisó todos sus documentos e hizo lo imposible por obtener el cuadro de Poussin 'Los pastores de la Arcadia' que hoy se conserva en el Louvre y que el rey tuvo en sus aposentos privados de Versalles. No es difícil desarrollar a partir de esto una trama narrativa según la cual el Rey Sol descubrió algo que fue la causa de su buena fortuna política.

El cuadro, no entraré en su indiscutible calidad artística, representa a tres pastores y a una mujer, una matrona que algunos críticos identifican con el Destino, alrededor de una tumba antigua contemplando la inscripción que se lee en la piedra: «Et in Arcadia ego». Al fondo un paisaje montañoso enmarca la escena. Los pastores señalan la frase. La crítica afirma que se trata de un cuadro de reflexión moral sobre el tema de la omnipresencia de la muerte, que está hasta en el jardín paradisíaco donde los pastores recitan versos de amor. El pintor ya había tratado el tema con anterioridad.

El sepulcro vacío

En 1970 se encontró una tumba exactamente igual en un paisaje idéntico. Estaba a las afueras del pueblo de Arques que se encuentra a diez kilómetros de Rennes-le-Château, uno de los lugares más emblemáticos para todo el universo hermético. El terreno había pertenecido a un norteamericano que abrió el sepulcro y lo encontró vacío. En él no hay ninguna inscripción. Algunos proponen que la frase era otra con un cambio de letras: «I tego arcana Dei»; es decir: «¿Fuera! Yo oculto los secretos de Dios». De aquí puede arrancar todo o nada, pero desde luego sí mucha literatura y, sobre todo, una moda que llamaré vinchinitis y que es como una peste que emponzoña todo lo que toca.

Antes de seguir quiero recomendar dos libros apasionantes, 'El enigma sagrado', de M. Baigent, R. Leigh y H. Lincoln, editado por Martínez Roca, y el imprescindible 'Codex Templi' debido a varios autores y publicado por Aguilar. No son obras de ficción pero superan con creces tanta memez hecha novela. Son básicos para cualquiera que se interese por estos temas. No son textos literarios pero sí de lectura obligada sin lugar a dudas. Por no acabar tan pronto con el cuadro de Poussin también quiero recomendar la novela de Jean Michel Thibaux, 'El misterio del Priorato de Sión', publicado por Roca y que reproduce el cuadro en su portada. Es una novela que se basa en algunos hechos históricos para entrar en la pura ficción como debe ser y desde aquí es de donde deseo establecer una serie de rasgos sustantivos al tema que me ocupa.

Es preciso distinguir entre el hermetismo de base histórica y el que se corresponde con corrientes de pensamiento más difusas, más difíciles de precisar. La masonería es una realidad en el tiempo perfectamente identificable, sobre todo desde el siglo de las Luces. Se trata de una sociedad secreta, sus miembros prefieren llamarla discreta, que ha tenido y seguramente tiene poder en cuanto lo poseen sus componentes. La masonería fue clave en la independencia de la América española y estuvo muy presente en la Revolución Francesa. Es algo probado, lo que ya no es más que especulación es la corriente que la remonta a Egipto. Las sociedades y sectas siempre buscan orígenes más o menos míticos y, por supuesto, muy lejanos. Se presentan como una corriente subterránea y constante en la historia en paralelo con los hechos de superficie en los que pretende influir. Les ayuda en su propósito el que fueran perseguidas, casi siempre por la iglesia católica que es su enemiga primera. Todas, tal y como se interpretan hoy, poseen claros elementos mesiánicos.

Lo mismo puedo afirmar de los templarios, orden militar y perfectamente estudiada y que tras su supresión por la autoridad papal entro en esa cauda de lo oculto. Claro es que el componente misterioso es clave para que se templarios, rosacruces, masones, gnósticos, etc., se conviertan en referente literario, en materia para un determinado tipo de textos que lleva tiempo haciendo furor entre lectores y dentro de nada entre los espectadores de las versiones cinematográficas. Las ideas básicas de todo este tipo de literatura son sencillas.

Es necesario a todo punto que en el principio esté el misterio, el enigma que llevará a los terrenos del sueño: a la inmortalidad, a la riqueza, al conocimiento de los arcanos del universo, al poder sexual inagotable, al poder universal. Siempre, el desvelamiento del misterio puede provocar una hecatombe y es por ello por lo que el héroe luchará contra los que, en definitiva, quieren un cambio total del mundo tal y como existe. Mesianismo y utopía se unen aunque al final el orden queda restablecido.

Personajes famosos

A los elementos anteriores hay que añadir, en muchos casos, una base reconocible, un componente lo más famoso posible. ¿Quién me impide afirmar, y no es fantasía sino un tema más que repetido, que María Magdalena tuvo descendencia de Jesús y que este linaje pasó a Francia y de él surgieron los reyes merovingios? Una vez establecido el tema lo mezclo, la fusión de elementos heterogéneos es básica, con toda suerte de ingredientes y construyo la historia y la literatura que en estos casos van más de la mano que de costumbre. José Calvo en 'La orden negra', de Plaza y Janés, parte de un hecho absolutamente probado y se lanza a la fabulación verosímil de hechos imaginarios.

La rutina empuja a la fantasía y la literatura de este tipo participa de la novela histórica, del relato maravilloso, de la novela de aventuras y de la novela negra entre otras posibilidades. Hay un cierto goticismo temático por la presencia de ruinas, pasadizos, objetos con poderes mágicos; todo ello en el siglo XXI a ser posible y con algunas escenas de cama que le den temperatura a lo narrado.

Por supuesto que estamos ante una moda y que sus frutos no son siempre granados ni mucho menos pero es indudable que muchos autores se han lanzado al ruedo, se han puesto la capa de templarios y encima de ella el mandil de la Viuda, que es así como se conoce a la masonería, sin renunciar tampoco a símbolos teosóficos y de cualquier otro tipo. La mayoría de las novelas de este tipo son muy malas pero el mercado funciona y las devora.

Algunas son verdaderos disparates porque contienen errores de bulto como el arquetípico 'Código da Vinci', que no es más que un producto comercial con personajes planos y situaciones inadmisibles pero que parte del escándalo como base. Ya lo he señalado como constante, el misterio propuesto puede cambiar al mundo si es desvelado y en este caso, según la novela, la iglesia católica llegó a crear las Cruzadas para acabar con documentos que demostraban que Jesús dejó a María Magdalena como cabeza de su iglesia; a mayor abundamiento, golpe en los bajos a los machistas.

Entre los objetos mágicos posibles como, por ejemplo, el arca de la alianza, destaca el santo grial. En el siglo XVI corrían por el mundo veinte candidatos a ser el único; hoy sólo quedan dos probables: el de Valencia y el que he visto muchas veces en Los Claustros de Nueva York, el cáliz de plata de Antioquia que inspiró la famosa obra de Costain 'El cáliz de plata'. Según la tradición esta pieza encerró la copa que Jesús usó en la última cena. No creo que se le haya ocurrido a nadie que si la copa de Valencia se coloca dentro de la de Nueva York las energías primordiales reaparecerán y el poseedor de la pieza será todopoderoso. Se puede empezar con el robo de la pieza valenciana y el viaje a la ciudad de los rascacielos.

El héroe puede ser ayudado por los cátaros y obstaculizado por los masones pero una chica de curvas infinitas le ayuda en su viaje que, en el fondo, es una misión espiritual porque el héroe es templario. No importará demasiado que una copa no quepa dentro de la otra que ya se sabe que la verdad no debe ser impedimento. No creo que en este tipo de literatura encontremos calidad, sí, en los mejores casos, oficio y entretenimiento que tampoco son valores desdeñables.


Fuente:

http://www.diariosur.es/pg060303/
prensa/noticias/Cultura/200603/
03/SUR-CUL-263.html

1 comments:

Anonymous Anónimo said...

NUNCA SE DEBE BUSCAR LA LUZ EN LA OSCURIDAD. SOLO ENCONTRARA SOLEDAD

01 octubre, 2009 23:55  

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