LA LOGIA COMO CENTRO DE UNIÓN

Si consideramos a la unión masónica como una conformidad y concordia entre ánimos y voluntades distintas, y a la logia como un lugar en que se rinde homenaje al saber, a la justicia y a la tolerancia; reconoceremos uno de los pilares masónicos en la tenida.

Una tierra media entre la individualidad diferenciadora y la voluntad común y objetiva en la búsqueda de la luz, una confluencia de diversidades positivas e integradoras que enriquecen a cada uno de los dispuestos a sumar conocimientos y restar prejuicios.

Como sabemos, se necesitan distintas herramientas y materiales para la construcción del templo, así como el conocimiento de distintas artes y ciencias. Para el trabajo todo es válido y necesario en su diferencia y desemejanza.

El peligro de toda orden u asociación son las influencias que por su carácter especialmente disolvente representan un riesgo que ha de ser controlado y evitado a toda costa. El personalismo, la arrogancia, el afán de notoriedad, el desprecio, la dejadez, la imposición y otras conductas nefastas, introducen determinadas energías negativas que debilitan los lazos de armonía y concordia que entre sí ligan a todos los masones y que concilia a los contrarios y resuelve todas las oposiciones en la unidad del Principio.

En una época en que como la nuestra vive sumida en una profunda oscuridad intelectual y espiritual, es necesario preservar los centros donde encontraremos el contrapunto al materialismo que nos rodea formando así una estructura fuertemente cohesionada y organizada conformando un colectivo cuya fuerza es más grande que la suma de los elementos individuales.

Unidos por idénticos símbolos y ritos. Unidad frente a la uniformidad, que nos conduciría hacia el dogma y a la decadencia de los modelos y referentes. Imaginemos una orquesta en la que todos sus integrantes tocaran el mismo instrumento. A pesar del mayor virtuosismo de unos músicos sobre otros, la limitación impediría conjugar las infinitas posibilidades que sólo se dan con la diferencia.

Manteniendo sabiamente nuestros lazos fraternales conseguiremos una unión masónica fuerte que sonará bellamente en su diversidad como una gran orquesta sinfónica y universal.


VMM