09 diciembre, 2008

Itinerario secreto por la "geografía sagrada" en la arquitectura española

Juan Carlos Rodríguez | 7:17 - 9/12/2008

De El Escorial a la Alhambra. En la arquitectura española hay un itinerario labrado por la "geometría sagrada". Edificios en los que el modelo es la famosa inscripción en el umbral de la Academia de Platón: "No entre quien no sepa geometría". Son los números, proporciones, frecuencias y formas con los que el cosmos se desenvuelve eternamente.

Números, proporciones, frecuencias y formas con los que el cosmos se desenvuelve eternamente y que son los mismos para el movimiento de los astrosque para el crecimiento de una flor, la estructura de un átomo y la consagración de una cúpula. "Lo de arriba es como lo de abajo", dicen las tablas de Hermes Trimegisto.

Leonardo ilustró a Vitrubio insertando el canon humano en una circunferencia (cielo, divinidad), pero también en un cuadrado regular (tierra, creación). Posiblemente sea ésta la imagen más emblemática de lo que llamamos Renacimiento. La geometría es en definitiva ese saber que, al profundizar en las leyes elementales del universo, integra, une y vincula a todos los demás conocimientos.

La proporción aúrea, el número phi, el dodecaedro regular, el icosaedro regular, la esfera, el cuadrado, el triángulo equilátero. "La geometría es el lenguaje en el que está escrita la vida", afirma Jaime Buhigas Tallon, en La divina geometría, un viaje inicíatico a la geometría sagrada y por algunos de los edificios con los que sabios, teólogos y maestros constructores simbolizaron el universo. A mayor gloria de Dios, el hacedor universal, por supuesto.

Un camino fascinante e histórico

El camino de la "Geometría sagrada" es, sobra decirlo, fascinante. Porque no sólo se cruzan en él los enigmas del Santo Grial o la Mesa de Salomón, así como el arte románico, el renacimiento y el gótico, sino porque incluye monumentos fundamentales de la arquitectura española.

La Alhambra, el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, San Juan de los Reyes en Toledo, la traza de la catedral de Santiago de Compostela, el jardín del Palacio Real de Aranjuez, la cúpula de la Colegiata de Toro, la Giralda: todo un monumento a la geometría sagrada.

El origen de la divina proporción -de la geometría sagrada- lo mismo que toda cosa perfecta, el hombre de fe lo encuentra en Dios, "creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible e invisible". La ciencias como camino hacia Dios. El principal predicamento, por otra parte, masón.

El Templo de Salomón en El Escorial

Comencemos. No hace tanto tiempo, poco más de cuatrocientos años, unos cuantos seres humanos quisieron hacer una gran obra de arte que representara nada más y nada menos que el conocimiento universal. Aquel equipo memorable, que se atrevió a emprender semejante empresa, estaba formado por un rey, un teólogo, un arquitecto y un pintor.

Aquel rey se llamó Felipe II. El insigne teólogo fue Benito Arias Montano, el arquitecto Juan de Herrera y el pintor Pellegrino Tibaldi. Ese maravilloso templo de la sabiduría existe, y no es otro que la espectacular biblioteca del monasterio de San Lorenzo el Real de El Escorial: un espacio sagrado que adora el conocimiento. Un templo de la sabiduría.

Miremos con atención, siguiendo a Buhigas: testero norte, representación de la Filosofía; gran matrona rodeada de cuatro grandes filósofos: Sócrates, Platón, Aristóteles y Séneca. Debajo, en el friso, la supuesta representación de la Escuela de Atenas: académicos y estoicos, con Platón y Zenón -respectivamente- al frente de cada grupo, disertan y discuten cuestiones trascendentes.

Entre unos y otros, en el suelo aparecen representados unos objetos, que parecen ser el motivo de la discusión: una esfera, una esfera armilar, un dodecaedro regular, un compás y dos libros, uno abierto y el otro cerrado, símbolos universales de todo lo conocido y lo desconocido.

El poliedro regular y Dios

Pero atención: en el grupo de los académicos aparece en primerísimo plano un hombre sosteniendo otro enorme compás. Y enfrente de él, entre los estoicos, otro hombre custodia una enorme figura geométrica. Se trata de otro poliedro regular, aquel que junto al dodecaedro regular forma la pareja de los llamados sólidos platónicos superiores: el icosaedro regular.

Es la geometría sagrada en su esplendor. "Omnia in numero, pondere et mensura" ("Todo está hecho según el número, el peso y la medida"), la famosa frase pitagórica, aparece escrita en hebreo, en el mantel de la mesa donde el rey Salomón resuelve los enigmas de la reina de Saba, en el tramo de bóveda dedicado a la Aritmética. Sobre la mesa, una balanza, una vara de medir y un acertijo numérico basado en las series numéricas geométricas.

El rey Salomón, su referencia no es vana, ni a él ni a su mesa, el gran tesoro que buscaron romanos, templarios, nazis porque quien la tuviera podía acceder al conocimiento universal. La leyenda la sitúa en Toledo y a Tarik el invasor llevándose una pata, pero, sin embargo, más allá de la Biblioteca Real, todo el monasterio de San Lorenzo de El Escorial es una recreación del mismísimo templo de Salomón.

Obsesión de Felipe II

Eso es: el gran monasterio de El Escorial tiene su centro, su enigma y su explicación, en la biblioteca, pero el conocimiento, aunque esté simbolizado en los libros seleccionados por el propio Rey, está fuera de los anaqueles: está en la propia sala, un altar dedicado a la gometría sagrada, a replantar el Templo de Jerusalén, "levantado sobre planos trazados por una mano superior que no fueron invención de ningún hombre", como indica la leyenda.

La nomenclatura tradicional figura que el monasterio se bautizó como San Lorenzo en conmemoración a la victoria de la batalla de San Quintín, el diez de agosto de 1557, como recrea los frescos de Lucas Jordán. Pero hay otra versión: en el siglo III a San Lorenzo le fue asignada la tarea de custodiar el Santo Grial y que, como era natural de Huesca, lo llevó a su tierra para ocultarlo en San Juan de la Peña.

Sin embargo, tal vez podamos interpretar de otro modo esa leyenda. ¿Qué sucedería si estuviéramos ante una metáfora que habla de un conocimiento llegado a Occidente desde Oriente y relacionado con la geometría sagrada? ¿Podría ocultar el monasterio de El Escorial ese conocimiento secreto, y de ahí la alusión al santo?

Juan de Herrera, arquitecto cabalístico

Fray José de Sigüenza, cronista de la construcción del monasterio, nos arroja en brazos del misterio cuando afirma que "la manera de fabricar esta iglesia y la labor de ella imitó mucho a la del mismo Salomón". Hasta en detalles como el de labrar la piedra en la cantera, según sugerencia de Juan de Herrera, se siguió el ejemplo jerosolimitano.

Una recomendación que no resulta extraña al descubrir que Herrera poseía una ingente bibliografía esotérica, que era un entusiasta buscador de tesoros y un gran coleccionista de talismanes, como recoge Clara Tahoces en 'Guía del Madrid mágico'.

Y no me resisto: una tradición muy arraigada afirmaba que en El Escorial estaba la boca del infierno. Curiosamente, la basílica del templo alberga un cuadro de Sánchez Coello donde aparecen San Jerónimo y San Agustín y en el que este último porta una maqueta del edificio mientras un niño señala un agujero en el suelo. ¿La boca del infierno?

Geómetras en Aranjuez

Pero esto se queda fuera, en principio, de la geometría, "música en el espacio" como decía Goethe, disciplina ante todo integradora. Está en todas partes y en ninguna. Es un punto común para músicos, matemáticos, arquitectos, pintores, diseñadores, ingenieros, biólogos, filólogos, geólogos, sacerdotes, místicos". Todos ellos, conscientes o no, son geómetras.

Incluidos los jardineros del Palacio de Aranjuez. Pero pocos saben que, escondidos entre los jardines de Aranjuez, se ocultan símbolos de poder y mitológicos. Su deliberada estructura triangular ha dado mucho que pensar... ¿Qué mensaje velado esconde este Real Sitio? ¿Qué quiso decir Felipe II, el "rey de negro", con esta obra?

La respuesta está en boca de Tahoces: "El mismísimo paraíso". Felipe II pretendía erigir un lugar de esparcimiento compendio de todo el universo conocido de su tiempo, un San Lorenzo de El Escorial pero construiudo por la naturaleza. Hasta los reposabrazos de los bancos, por ejemplo, son un monumento a la divina proporción, el número áureo.

Una pirámide de la naturaleza

Es más, si observamos el dibujo aéreo atribuido al arquitecto Juan de Herrera -que de nuevo continuó la obra de Juan Bautista Toledo- tendremos la impresión de estar contemplando una serie de triángulos que en su conjunto forman una pirámide, un símbolo esotérico donde los haya. No olvidemos que el triángulo equilátero simboliza la divinidad, la proporción y la armonía.

En Aranjuez, por cierto, Felipe II dio rienda suelta a uno de los personajes más enigmáticos del Renacimiento español: Juanelo Turriano, autor de "Los veintiún libros de los ingenios y de las máquinas", que con sus inventos asombró a la sociedad de su época, tal y como un Leonardo da Vinci español. La Inquisición le quiso hincar el diente, pero el "rey negro" le salvó, literalmente, de la quema.

El Renacimiento fue, como hemos visto, la époco dorada de la "geometría sagrada", pero la tradición, evidentemente, venía de mucho atrás: de las grandes construcciones egipcias, griegas y romanas, por ejemplo. Acaso, el acueducto de Segovia no es un gran monumento geométrico. Y la cadena no se rompió.

La Alhambra, precedente de El Escorial

El gran monumento de la España islámica demuestra hasta que punto el Renacimiento no fue más que un punto y seguido en la concepción del arte y de la ciencias andalusíes.La Alhambra tiene elementos persas, egipcios, hebreos, grecorromanos y góticos. Sobre todo, góticos.

Antonio Enrique sostiene que la Alhambra pertenece a un gótico invertido. Todo parte de dos cuadrados entrelazados -la estrella de ocho puntas, la estrella de Tartessos, la estrella de Salomón, la suhá, la estrella de la buena suerte- que están donde deben: en lo más alto, en la cúpula de Comares.

José Luis Serrano, profesor de la Universidad de Granada, lo ha estudiado. Él demuestra cómo, por ejemplo, una línea recta caía desde el centro de la cúpula de Comares hasta la cabeza del sultán. La altura de esta línea imaginaria es igual al radio del perímetro de os cuatro lados del salón. Es el séptimo cielo, la cuadratura del círculo, el ojo de Alá, la célula que se va a reproducir de manera clónica y hacia abajo, hacia la tierra.

"Sabrás mi ser si mi hermosura miras". Acaso todo lo que haya que saber sobre la Alhambra esté dicho con este verso de Ibn Zamrak inscrito en sus paredes. Lo más importante es que el verso es pronunciado por la Alhambra. La Alhambra habla.

La belleza geométrica

Y lo primero que nos dice es que no busquemos su ser en su interior profundo, en su estructura o en sus materiales -no tan ricos como parecen-, ni en el mérito de su construcción. Dice que miremos su hermosura porque en su belleza está su esencia.

La Alhambra es forma pura, belleza, geometría.Cumple con rigor cada uno de los preceptos áureos: el segmento total es a la parte mayor como la parte mayor a la menor. La divina proporción: el hombre de Vitrubio: si nuestra altura es 1, la distancia desde nuestro ombligo a nuestra cabeza será 0,61803399.

La torre de Comares, según Serrano, mide 18 metros de altura por 11 de lado, es decir,justo 150 veces menos que la pirámide de Keops. Si en lugar del sistema métrico decimal usamos los misteriosos codos sacerdotales de los egipcios, la proporción será aún más justa.

Eso sí, nunca exacta, siempre hay un error milimétrico cometido a propósito por los aljarifes para reservar a Dios la perfección. Los constructores de la Alhambra sabían lo que hacían: la Mezquita, la Alhambra y la Giralda forman un triángulo isósceles, símbolo de la perfección de Dios.

De Palma de Mallorca a Palencia

Hay mucho más: ¿El milagro de "Llums de Sant Martí" en la catedral del Palma no es todo una demostración de geometría sagrada? ¿Y el cimborrio de la catedral de Burgos? ¿La iglesia románica de San Martín de Frómista (Palencia), todo un monumento a la proporción aúrea? ¿La iglesia de la Vera Cruz de Segovia?

A Buhigas le gusta citar, más bien mostrar, al mono sentado sobre un orinal que se esconde en el claustro de San Juan de los Reyes, en Toledo, primera muestra del gótico isabelino, pero aún más importante: Carlos V, que fue quien lo acabó, volcó en él el conocimiento geométrico que luego su hijo ejecutaría en El Escorial. Pues bien, ese mono parece decir: "Aquel que aprende sin corazón defeca el conocimiento".



Fuente:

http://ecodiario.eleconomista.es/libros/noticias/909221/12/08/Itinerario-secreto-por-la-geografia-sagrada-en-la-arquitectura-espanola.html

1 comments:

Blogger Teno Pineda said...

Que dicha es el ser un Hombre Libre que siempre viaja hacia el Este.

Saludos a mis Hnos en España, que el Gran Arquitecto del Universo nos mantenga Unidos.

Les mando un abrazo tan fuerte como un leon desde México.

Teno Pineda
32°

14 diciembre, 2008 06:37  

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