La Masonería en Argentina
En el colectivo imaginario la palabra masonería está asociada con algo misterioso. Algunas veces se le conoce por su enfrentamiento con la Iglesia Católica y se le acusa de practicar el oscurantismo y el ateísmo, la otra cara de la moneda advierte una gran influencia positiva en el espíritu modernizador. Lo cierto es que la presencia masónica en el patrimonio cultural argentino tuvo gran relevancia y está asociada con la historia del país.
Las ideas del progresismo masónico han sido un factor clave en el desarrollo de la humanidad. Desde la aparición de los postulados de la ciencia moderna en el siglo XVIII, las ideas de libertad, la exigencia de un campo propio para el progreso y naturalmente, el quiebre de la alianza retrógrada del poder temporal-clerical, fueron delimitando jurisdicciones y pertinencias que dieron lugar al surgimiento del mundo moderno.
En Argentina, la secuencia presidencial iniciada por Justo José de Urquiza y continuada por Santiago Derqui, Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento, todos masones, dio comienzo al proceso de modernización del país que culminó en esta etapa con la primera presidencia de Roca entre 1880 y 1886.
La República Argentina, trazada al decir de Sarmiento “sobre la escuadra y el compás del Creador del universo”, modernizó sus estructuras.
El proceso de construcción y modernización de la sociedad argentina estuvo marcado por las ideas liberales y la acción de los masones. No solos, por supuesto, pero sí como vanguardia del progreso en el largo curso de la historia. El proyecto en marcha impulsó la consolidación del Estado tanto en su faz jurídica como organizacional, realizó fundamentales reformas en el sistema económico y financiero, incidió con fuerza en los comportamientos sociales a través de las corrientes inmigratorias y el surgimiento de las primeras fuerzas políticas modernas.
En qué influyeron
En la creación del Registro Civil, la Ley 1420 de educación común, gratuita, obligatoria y laica, ambas de 1884, la ley de matrimonio civil de noviembre de 1888, la creación del servicio militar, y posteriormente, hacia 1912, la implantación del voto secreto y obligatorio para todos los ciudadanos del país.
En la educación…
Se dice que la primera actividad masónica se desarrolló con la Logia Independencia en 1795. En esta época se vislumbraba el auge del Iluminismo y en la capital argentina dominaba el espíritu modernizador representado por el gobierno del Virrey Vértiz, quien fundó la Universidad Nacional de la ciudad.
En este ámbito, se le debe a Manuel Belgrano la idea de la conformación de Consejos Escolares, y la creación de un “Reglamento para Escuelas” que, si bien incluye a la religión católica como objeto e estudio y práctica, sólo se le exige al maestro que inspiren respeto a la religión. También se exige amor al orden.
“Moderación y dulzura en el trato, sentimientos de honor, amor a la virtud y a las ciencias, horror al vicio, inclinación al trabajo, despego del interés, desprecio de todo lo que diga a profusión y lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un espíritu nacional, que les haga preferir el bien público, al privado, y estimar en más la calidad del Americano que la del Extranjero”. Artículo 18, Reglamento para escuelas.
Visiblemente este conjunto de normas no constituye una educación confesional dogmática, se dice que parecen más al código moral masónico.
Personajes de la Masonería Argentina
Los más destacados literatos del segunda mitad del siglo fueron masones: Hilario Ascasubi, Estanislao del Campo, Olegario Víctor Andrade y José Hernández. Este último, en particular, llegó a ser Vicepresidente de la Masonería Argentina.
En el campo de la educación podríamos mencionar a Alejo PEyret, Víctor Mercante y Pablo Pizzurno, cuyo nombre lleva el Palacio del Ministerio de Educación.
En la filosofía y los estudios afines Alejandro Korn y José Ingenieros, referentes de la vida intelectual del país. Buena parte de los hospitales llevan el nombre de un destacado médico y masón. En este campo se destacan el doctor Carlos Durand, el doctor Penna y el doctor Pirovano.
En 1872 se fundó la Sociedad Científica de Argentina con el aporte de masones. Este grupo fue una luz para las ciencias de Argentina.
En el arte pictórico se destacan Prilidiano Pueyrredón, cuya obra representando al masón Guseppe Garibaldi se encuentra en la “Unione Benevolenza de Buenos Aires”. Más tarde el escultor Rogelio Yrurtia, autor de obras tan simbólica como el monumento a Rivadavia en la Plaza Once y el Canto al Trabajo, ubicado en la plazoleta del Paseo Colón.
Fuente: http://www.adnmundo.com/contenidos/turismo/masone_tu_180806.html
Las ideas del progresismo masónico han sido un factor clave en el desarrollo de la humanidad. Desde la aparición de los postulados de la ciencia moderna en el siglo XVIII, las ideas de libertad, la exigencia de un campo propio para el progreso y naturalmente, el quiebre de la alianza retrógrada del poder temporal-clerical, fueron delimitando jurisdicciones y pertinencias que dieron lugar al surgimiento del mundo moderno.
En Argentina, la secuencia presidencial iniciada por Justo José de Urquiza y continuada por Santiago Derqui, Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento, todos masones, dio comienzo al proceso de modernización del país que culminó en esta etapa con la primera presidencia de Roca entre 1880 y 1886.
La República Argentina, trazada al decir de Sarmiento “sobre la escuadra y el compás del Creador del universo”, modernizó sus estructuras.
El proceso de construcción y modernización de la sociedad argentina estuvo marcado por las ideas liberales y la acción de los masones. No solos, por supuesto, pero sí como vanguardia del progreso en el largo curso de la historia. El proyecto en marcha impulsó la consolidación del Estado tanto en su faz jurídica como organizacional, realizó fundamentales reformas en el sistema económico y financiero, incidió con fuerza en los comportamientos sociales a través de las corrientes inmigratorias y el surgimiento de las primeras fuerzas políticas modernas.
En qué influyeron
En la creación del Registro Civil, la Ley 1420 de educación común, gratuita, obligatoria y laica, ambas de 1884, la ley de matrimonio civil de noviembre de 1888, la creación del servicio militar, y posteriormente, hacia 1912, la implantación del voto secreto y obligatorio para todos los ciudadanos del país.
En la educación…
Se dice que la primera actividad masónica se desarrolló con la Logia Independencia en 1795. En esta época se vislumbraba el auge del Iluminismo y en la capital argentina dominaba el espíritu modernizador representado por el gobierno del Virrey Vértiz, quien fundó la Universidad Nacional de la ciudad.
En este ámbito, se le debe a Manuel Belgrano la idea de la conformación de Consejos Escolares, y la creación de un “Reglamento para Escuelas” que, si bien incluye a la religión católica como objeto e estudio y práctica, sólo se le exige al maestro que inspiren respeto a la religión. También se exige amor al orden.
“Moderación y dulzura en el trato, sentimientos de honor, amor a la virtud y a las ciencias, horror al vicio, inclinación al trabajo, despego del interés, desprecio de todo lo que diga a profusión y lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un espíritu nacional, que les haga preferir el bien público, al privado, y estimar en más la calidad del Americano que la del Extranjero”. Artículo 18, Reglamento para escuelas.
Visiblemente este conjunto de normas no constituye una educación confesional dogmática, se dice que parecen más al código moral masónico.
Personajes de la Masonería Argentina
Los más destacados literatos del segunda mitad del siglo fueron masones: Hilario Ascasubi, Estanislao del Campo, Olegario Víctor Andrade y José Hernández. Este último, en particular, llegó a ser Vicepresidente de la Masonería Argentina.
En el campo de la educación podríamos mencionar a Alejo PEyret, Víctor Mercante y Pablo Pizzurno, cuyo nombre lleva el Palacio del Ministerio de Educación.
En la filosofía y los estudios afines Alejandro Korn y José Ingenieros, referentes de la vida intelectual del país. Buena parte de los hospitales llevan el nombre de un destacado médico y masón. En este campo se destacan el doctor Carlos Durand, el doctor Penna y el doctor Pirovano.
En 1872 se fundó la Sociedad Científica de Argentina con el aporte de masones. Este grupo fue una luz para las ciencias de Argentina.
En el arte pictórico se destacan Prilidiano Pueyrredón, cuya obra representando al masón Guseppe Garibaldi se encuentra en la “Unione Benevolenza de Buenos Aires”. Más tarde el escultor Rogelio Yrurtia, autor de obras tan simbólica como el monumento a Rivadavia en la Plaza Once y el Canto al Trabajo, ubicado en la plazoleta del Paseo Colón.
Fuente: http://www.adnmundo.com/contenidos/turismo/masone_tu_180806.html
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