El Gran Maestro de la libertad

El Gran Maestro de la libertad
Francisco de Miranda
Por: Otras Fuentes
29 de Marzo de 2006


Pascual Guerrero Bolívar La masonería venezolana celebra este 28 de marzo el CCLVI aniversario del natalicio del Generalísimo Don Francisco de Miranda; en su honor se celebra en todas las logias del territorio nacional “EL DIA MASONICO NACIONAL”, como precursor de la masonería latinoamericana en su ideario de libertad. Las sociedades secretas de Londres, París, Cádiz y Madrid, contemplaron la necesidad de crear una conciencia de libertades en América; fue el general Don Francisco de Miranda el oficial de ligación entre los supremos directores y los agentes fundadores de las logias secretas. Miranda al entrar en contacto con la Gran Logia de Inglaterra, obtuvo su protección para fundar la gran logia americana, y como gran maestro estableció enlace con los caballeros racionales de Cádiz y de los amigos del pueblo de París. Cubrió Las Antillas y la gran reunión americana como la estrella del sur adquiriera tanto prestigio, que a ellos se alearon personajes destacados de las ciencias, la política y la sociedad. Miranda inicia a Antonio Nariño y Pedro Fermín de Vargas de la Nueva Granada; Francisco José Caro de Cuba; Del Valle de Guatemala; José de San Martín, Carlos María Alvea, José Matías Sapiola, Matías Irigoyen, Bernardo Monteagudo, Mariano Moreno, de Argentina; Servando de Teresa de Miel, de México; Bernardo O’Higgins, Juan Pablo Frettes, José Miguel Correa, y el Canónigo José Cortés de Madariaga, de Chile: Bejarano, Juan Pío Montufar y Vicente Rocafuerte, de Quito; José Baquijano Carrillo, de Lima; Manuel Aniceto Padilla, Cochabamba; Francisco Isnardi, de Guatemala y Simón Bolívar de Venezuela, cada miembro de estas sociedades debía encender La Antorcha de la Libertad, en la secreta hoguera y llevarla a su tierra para iniciar una campaña convenida; los iniciados debían jurar así “No reconocer por gobierno legítimo de América, sino aquel que fuese elegido por la libre y espontánea voluntad de los pueblos y trabajar por la fundación del sistema republicano”. Así la libertad fue culminación de labores masónicas, obra de las logias que pusieron su organización al servicio de esta parte de la humanidad, de otra manera no hubiérase podido oponer la nueva fuerza política contra un pensamiento encadenado. Cuando Miranda movió sus baterías masónicas se produjeron las famosas juntas emancipadoras y el procedimiento de estado para su funcionamiento fue idéntico en el continente, con ligeras variantes, causadas por el medio social las situaciones geográficas y la capacidad intelectual de los ejecutores. La Caracas colonial, de verdes praderas, montañas henchidas de flora y fauna propia del trópico, regada por ríos, quebradas y cascadas de aguas cristalinas, le dan al paisaje avileño un apacible atardecer y un trinar de sol en su despertar, allí despierta al mundo el más universal de los latinoamericanos, en la calle de la divina aurora un 28 de marzo de 1.750, precursor de la independencia venezolana y latinoamericana, e iniciador de la masonería nacional. SEBASTIÁN FRANCISCO DE MIRANDA RODRÍGUEZ, con un mar de títulos obtenidos a la vera de su ideario, en ese transitar por el mundo en busca del alimento que diera fuerza a su pensamiento libertario, despierta su paso al mundo en el conocimiento de las colonias españolas que en el continente americano estaban subyugadas a la monarquía, un pueblo por el que brindó su vida, su ideario, su fuerza de libertad, su yunta de la igualdad y la fraternidad; allí se montó quizá el otro andante, en sus alforjas la utopía fuerza de su sueño, con el horizonte cargado de visión de la libertad de su pueblo y de los pueblos de América que le iban a dar forma a su “colombeia”, la gran nación de América del mundo, jamás concebida en su dimensión. Viajero de cuatro continentes, conspirador político; conspiró a favor de la cultura, porque sabía que el destino final de la cultura es la libertad, su pensamiento que lo peripló por esos continentes en busca del pensamiento político de la libertad, a Inglaterra a la que consideró su fuente, para nutrirse y dar a conocer sus ideales, busca el apoyo de los revolucionarios de ésta, porque fue Quijote de la libertad, y también se llamó libertad como dijo el poeta... El historiador José Nucetti Sardi, no dejo de hablar de él, leámoslo, para luego meditar con el amor al viento, que todo lo riega y lleva polen más allá del mismo viento. “Aquella actividad prodigiosa, dice el historiador- que se paseara por cuatro continentes, en su identidad de los personajes que su dinamismo creó, en busca de su amada libertad”. Siempre he llevado la libertad en mi corazón, no he vivido sino por ella”. Nuestro Don Juan, como dice el poeta, fue Quijote y también se llamó Libertad, no dejó de ser nunca el político ni el diplomático de amplias miras y también es a toda hora el hombre preocupado por las ciencias y las artes, los legajos de su archivo así lo prueban, periódicos, revistas, libros, correspondencia sobre los más palpitantes asuntos europeos que colecciona con celo. El Generalísimo, el más universal de los latinoamericanos de todos los tiempos, tuvo días luminosos para las patrias surgidas de su prodigiosa obra, ingratitud, olvido, inconsciencia de patria, el desagradecimiento para él fue total, no solo en Venezuela, sino en todas las naciones que él contribuyó a formar con su ideario, con su pensamiento para la libertad, desde el istmo de Panamá hasta la Patagonia, donde las independencias se gestaron a partir de la fracasada expedición libertadora; de filibustero, aventurero, pirata, fueron los epítetos que le lanzaron, pero esos mismos calificativos caen sobre aquellos que con visión de porvenir quieren cambiar costumbres, rutinas y modos de pensar. Miranda es el hombre, remueve con su propaganda y su acción de largos años, los cimientos del basto imperio colonial; sus ideas, sus hechos alrededor del mundo, ante los hombres de las luchas libertarias forma la opinión necesaria para la realización de su sueño. A los cuatro años de su expedición fracasada se reinicia el movimiento para triunfar; es esta la que hace revivir el intento que en 1810 se va alzando por todo el continente y es él quien ha mantenido el fuego durante casi medio siglo, con pensamiento continental, con espíritu y visión de América; era el visionario que señalaba rutas. Los que esto hacen siempre son incomprendidos y aún vejados por la época; pero su fracaso fue personal ante la inercia del medio, pero su idea quedó victoriosa poco después en sus propias manos y luego en las del Libertador y sirvió a quienes le siguieron y fueron sus discípulos. El periódico The Political Heral and Review –publica un artículo en el cual habla de la libertad de las colonias hispánicas de América y de que el campeón de esa libertad se encuentra en Inglaterra. “Es un hispanoamericano que posee la confianza de sus conciudadanos y que aspira ser el libertador de su país. Es un hombre de visiones sublimes y de genio penetrante –apunta el periódico- instruido en lenguas antiguas y modernas, sabio y conocedor del mundo, ha dedicado muchos años al estudio de la política general, mira a Inglaterra como a la madre patria de la libertad y la escuela de los conocimientos políticos. Nosotros admiramos su talento, admiramos sus virtudes y de corazón deseamos prosperidad al más noble intento que puede ocupar la mente de cualquier mortal, como es el de dar las bendiciones de la libertad a millones de sus conciudadanos”. Así saludaba la prensa londinense al caraqueño ya perseguido por España. El pensamiento libertario selló su destino, lo selló España quien lo persiguió incansablemente. Así era el pirata filibustero que condenaron los oligarcas criollos y españoles de 1806 al quemar su retraso y su bandera y así es hoy el aventurero de gloriosa aventura que ennobleció la palabra haciéndose admirable. No cambiaron los tiempos y le dieron la razón, construyó ese cambio de ideas y ya en la quietud perenne continúa en vigencia su lección que fue de responsabilidad americana, de perenne acción humana porque las libertades de los hombres están a riesgo y peligro a toda hora en todo ámbito universal. El Gran Maestro encerrado, ¿cómo fue?, ¿cómo sucedió?, ¿cómo el personaje que durante 30 años encarnó el ideal de la libertad de los pueblos pudo ser cubierto de oprobio y arrojado a inmundas mazmorras, convirtiéndolo en reo de estado, al hombre que abrió su fuego interior con la esperanza de ser el redentor de pueblos humanos sometidos al yugo secular. Sembró su ideario libertario, luchó por el hasta el último momento cuando pensó y planificó su evasión de la carraca lo sorprende el infortunio que conspiró contra su libertad y su vida, su amada libertad lo encerró; allí, enfermo, a los 66 años de su noble y esforzado vivir, se enmudece el último aliento de su vida en el calabozo de las cuatro torres. Ahora queda sólo el nombre grabado en el libro de defunciones del Arsenal Gaditano y su cuerpo en el silencio final del cementerio que más tarde desaparece como para borrarlo de la historia del mundo en su quijotesca búsqueda de la LIBERTAD. (

*)Resp:. Log.: “Juan Francisco Girón” Nº 219



Fuente:
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