Domingo 18 de Diciembre de 2005
Bahía Blanca • República Argentina
Después de salir a la superficie
¿Qué piensan y que hacen hoy los masones?

Diecisiete presidentes y varios vicepresidentes argentinos fueron masones. Entre ellos Rivadavia, Urquiza, Mitre, Sarmiento, Yrigoyen, Figueroa Alcorta, De la Plaza. Y personalidades, por citar algunas, como San Martín, Belgrano, López y Planes, Pellegrini, Piedrabuena, Alem, José Hernández, Lugones. Fueron masones, si se quiere, en secreto. Y, más allá de nuestras fronteras, se sumaron a la orden hombres como Goethe, Beethoven, Mozart.
La revolución francesa abrazó el lema masónico de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Y la constitución norteamericana fue de neto corte masón.
Siempre se asoció a la masonería con el ocultismo y lo secreto. Circuló por sendas invisibles. Pero quizás el único secreto que mantienen hoy los masones sea el código que reciben durante la ceremonia de iniciación para reconocerse entre sí como tales. Eso les permite saber que la persona con la que ocasionalmente se han encontrado en algún lugar del mundo es también miembro de la organización.
En todo lo demás ha pasado a ser una corporación expuesta, de superficie, porque sus objetivos y procedimientos, antes exclusivos y pasibles de represalias, no difieren hoy de los de otros círculos que se les parecen como los rotarios, los partidos políticos y los gremios.
Sin embargo, a pesar de la difusión a través de libros y de Internet, mucha gente sigue ignorando qué piensan y qué hacen hoy los masones.
El encuentro con un ex Gran Maestre que estuvo durante seis años al frente de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones, fundada el 11 de diciembre de 1857, nos acerca a la intimidad de una organización formativa y operativa que durante tanto tiempo para algunos fue maléfica y para otros sublime.
Nos referimos a Alejo Neyeloff, un argentino que aprendió a hablar en ruso antes que en castellano. Porque sus padres provenían del desastre de la guerra entre zaristas y bolcheviques.
--En mi casa se hablaba en ruso y yo lo aprendí como primer idioma. Mi madre había estudiado en el Smolny, un instituto de enseñanza reservado a las niñas de la nobleza rusa. Si bien ella no pertenecía a la nobleza, su padre, mi abuelo, era un general de alto rango del ejército zarista, y permitieron que sus hijas estudiaran allí. Mi madre egresó con medalla de oro, que yo conservo.
"Cuando estuve en Rusia, en los primeros tiempos de Gorbachov, fui a San Petersburgo para visitar el colegio. Mientras recorría los pasillos me decían que por allí había andado Lenín durante los días clave de su acción, ya que usó el edificio como sede de su cuartel general. Pero yo evocaba los pasos de mi madre por ese lugar que tanto recordaba.
"Al triunfar la revolución, mis padres huyeron de Rusia con lo que tenían puesto, y vinieron a Buenos Aires, donde nací yo. En mi casa se conservaban las tradiciones y las costumbres rusas. Desde el idioma a las comidas. Siendo yo muy chico nos trasladamos a Uruguay. Salvo un pequeño intervalo, viví allí hasta mis 35 años".
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Alejo recibió una educación laica consolidada principalmente en principios éticos. Un día, a los 40 años, conversaba con un amigo sobre aspectos que hacen a la conducta y a la formación humana. De repente, su amigo le dijo: "Vos sos masón".
En realidad, el futuro Gran Maestre no sabía siquiera qué significaba ser masón.
--Jamás me había preocupado por saberlo. Seguimos hablando con mi amigo y al tiempo, tras conocer los objetivos y los procedimientos de la institución, supe que sus principios y sus metas coincidían con mi forma de ser y de pensar y acepté incorporarme a la orden.
"La masonería es una organización iniciática. Primero hay una entrevista en la que el postulante es analizado en sus criterios y en sus ideas por algunos miembros. Incluso se trata de que la familia se entere de su posible incorporación para que no surjan conflictos. Tras ser aprobado, se le indica el día y la hora en que deberá presentarse para cumplir con la ceremonia de iniciación, parecida a la que se realizaba en la Edad Media cuando alguien era armado caballero. Se lo presenta ante el grupo y cualquiera puede hacerle las preguntas que considere convenientes".
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¿Existe una ideología política o una convicción religiosa que defina al masón? Alejo responde.
--Cualquiera puede ser masón. Lo único que se le exige es que crea en un principio universal. En el Creador.
Sin un principio creador todo quedaría en manos del azar y de ese modo no solo la ética sino la existencia carecería de justificación y de sentido.
Explica Alejo que ese Creador es el Gran Arquitecto del Universo. Equivale a Dios, para el Cristianismo, o al Jehová de los judíos.
"Es algo que no se puede explicar, pero sabemos que existe, como sabemos también que existe un más allá".
--¿Los masones creen en una vida más allá de la muerte?
--Creemos en la supervivencia del alma.
--¿Y si un ateo quiere ser masón?
--Si se presenta un ateo se trata de dialogar con él para que pueda interpretar los fundamentos de tal concepción. Pero si no acepta la premisa del Gran Creador, no puede ingresar a la orden.
--¿Y alguien que profesa una religión?
--No implica un impedimento. Hay católicos, anglicanos y judíos practicantes que integran la masonería. En una ocasión en que concurrí a la Gran Logia de Francia, al lado mío estaba sentado un obispo católico.
"De todos modos, los temas religiosos y políticos quedan fuera de las consideraciones institucionales. Cada uno resuelve esos aspectos en un plano estrictamente personal".
Pero no es ajeno a la filosofía masónica el concepto de la fugacidad de la vida. En una logia no lejana a nuestra ciudad pudimos observar un ámbito 'ctónico', subterráneo, donde la presencia de calaveras humanas apunta a los valores espirituales y enfrenta al integrante del grupo con la visión de lo efímero y la precariedad de los bienes materiales.
--En el rito iniciático --explica Alejo-- se alude al paso del tiempo, a lo efímero de la vida y a la necesidad de actuar sobre la búsqueda de valores trascendentes. Se induce a pensar que el materialismo no debe ser una meta en la vida del postulante.
"Los símbolos --que cada uno debe profundizar-- alientan a lograr la perfección dentro de valores jerárquicos y solidarios. Los símbolos provienen en general de instrumentos utilizados por los arquitectos medievales. La escuadra señala la rectitud, el compás lo que la mente abarca, el mazo, la autoridad.
"Hay quienes remontan el origen de la masonería a Egipto. Yo prefiero ubicarlo en la Edad Media, con los grandes constructores y obreros de palacios y catedrales. Su importancia les permitía formar logias que podían exigir condiciones dignas de trabajo, alojamiento, comida, educación. Cosa que no ocurría con otros oficios".
La palabra francesa maçón equivale a albañil.
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Dentro y fuera del templo
Lo primero que uno ve al ingresar en un templo masónico, además de los característicos asientos longitudinales de los miembros, son los escritorios cuyos símbolos señalan el cargo de la persona que se sentará en ese lugar.
El que tiene la escuadra será ocupado por el presidente, el del tesorero exhibe una llave, el de la beneficencia, el cuerno de la abundancia.
Las logias realizan reuniones semanales. En su transcurso los miembros exponen un tema específico sobre el que se opina pero no se dialoga.
Cuando le preguntamos en qué consiste hoy la masonería, el ex Gran Maestre Alejo responde:
--La masonería es una escuela formadora de hombres. Lo que buscamos es que el masón sea en su vida diaria un hombre ético, de conducta recta, que a través del ejemplo contagie a quienes lo rodean. Que sea útil a la sociedad. Su mayor beneficio consistirá en la satisfacción de hacer una obra de bien y ser apreciado y respetado por eso".
En cada país hay una Gran Logia y la máxima autoridad es el Gran Maestre, cargo que Alejo desempeñó durante seis años (1987-93), el máximo a que puede aspirarse ya que la elección libre y secreta otorga el mandato por tres años y solo se puede ser reelegido una vez. Las elecciones de la comisión -que incluye al Gran Maestre-- son convocadas por la Asamblea. Con el aval de siete miembros y su debida justificación pueden crearse otras logias en un país, previa autorización de la Gran Logia. Cuando un miembro de una de ellas visita otra logia en cualquier lugar del mundo, es tratado como un miembro más.
El número siete es cabalístico y se asocia a las siete cuerdas de la lira, cuya sutil armonía cuando está debidamente templada produce la perfección del instrumento. Los símbolos, como reveladores de sabiduría, son fundamentales dentro de la orden masónica.
--El Gran Templo de la masonería argentina está en Cangallo (hoy Perón) 1242. Tiene capacidad para 500 personas. Es un antiguo edificio que construyó en el siglo XIX el ingeniero Pellegrini, padre de Carlos Pellegrini. Templo significa para nosotros espacio destinado a la reflexión y la meditación. En ese mismo edificio hay 13 templos destinados a diferentes logias argentinas. Todos los días se desarrollan en ellos actividades.
"La presencia masónica en la Argentina se registra en 1795 con la llamada logia Independencia. En 1806 llegaron con las tropas invasoras varias logias inglesas móviles de militares. Con apoyo inglés los criollos crearon una logia que portaba el extenso nombre de San Juan de Jerusalén de la Fe para la Felicidad de esta Parte de América. A partir de mayo se formaron logias para apoyar los movimientos independentistas hasta llegar a las móviles temporales lautarinas.
"No podemos decir que no existiera apoyo inglés con intenciones comerciales. En el caso de San Martín se inició como masón en España. Su vida austera, su gran honestidad, si bien pueden ser características personales, son también testimonio de los principios masónicos que defendió".
Las logias --explica Alejo-- no deben superar el número de miembros al extremo de que no se conozcan personalmente entre ellos. Cuando superan aproximadamente los 60 se sugiere que se dividan.
La masonería argentina registró dos cismas. En 1900 fue provocado por la logia del Gran Oriente del Rito Azul, con influencia en el sur bonaerense, que duró unos veinte años, hasta su reunificación. En la década del 30 se creó el Gran Oriente Federal Argentino, impulsado por socialistas y pensadores españoles emigrados tras la guerra civil, que en 1957 se integró a la institución.
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La estructura --o federación-- de la masonería surgió en 1717, al crearse una organización que aglutinó a las distintas logias de Londres, que fue la primer Gran Logia. No existe un poder internacional. Todos los Grandes Maestres son pares entre sí. Poco después, en 1738, el papa Clemente XII dictó la bula de excomunión contra los católicos que ingresen a la masonería.
Durante el Concilio Vaticano I, en 1917, la decisión sería más drástica. Estableció que cualquiera que se enrole en la masonería sería excomulgado.
El ex Gran Maestre Alejo atribuye esa decisión a la preocupación de la Iglesia ante la posibilidad de padecer un nuevo cisma, tras los que ya la habían afectado con la aparición de la iglesia Anglicana en Inglaterra y la Reforma en Europa.
Para saber cómo en lo concreto opera la Gran Logia le preguntamos a Alejo sobre el desarrollo de su tarea durante su largo período de gestión. Acerca del cual está escribiendo un libro.
--Una de las mayores satisfacciones que tuve durante mi mandato se produjo en 1989. Con varios grandes maestres de Latinoamérica fuimos a Cuba para exigirle a Castro la libertad de 18 personas vinculadas con la masonería. Y, tras una larga negociación, logramos que les permitieran salir de la isla con sus familias.
"También en esa época elaboramos el plan masónico regional para proveer agua a pequeñas poblaciones rurales del país. Algo que las grandes empresas no hacen por razones de rentabilidad económica. Fue un proyecto muy bien elaborado que luego presenté en Estrasburgo ante el parlamento europeo.
"La masonería es una sociedad filantrópica, filosófica, progresista y de beneficencia. En cada reunión se recoge una ofrenda destinada a obras de caridad. Mantiene en Buenos Aires su hogar Bernardino Rivadavia para chicos de la calle y recibe chicos del Consejo del Menor, los aloja y los atiende. El gobierno también aporta subsidios. Pronto va a cumplir cien años.
"Uno de los temas más preocupantes en la actualidad es el de los recursos no renovables. Estamos trabajando en un proyecto para preservar el acuífero Guaraní. Entendemos que en el futuro el agua fresca va a ser un recurso importante en el mundo. Y la nación debe defenderlo".
El actual Gran Maestre de la Orden, Sergio H. Nunes, ha dicho que "Los cambios en la Tierra no son solo el producto de la actividad industrial indiscriminada, de la tala feroz de los bosques, del desprecio permanente hacia el agua y la exaltación de la vida 'descartable'. Es también la consecuencia de la fragilidad de los principios, la ausencia de compromisos, el abandono de las obligaciones humanas y la creencia de que la conducta, cualquiera fuera, compete únicamente al ámbito privado sin que tenga consecuencias en el entorno".
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Más de una vez se ha oído hablar del casamiento masónico. Pero en realidad, este no existe. Sí hay un ritual que se relaciona con él.
--Fue uno de los días inolvidables de mi vida. Se parece a un casamiento religioso, pero no lo es. Significa que un hermano presenta su esposa ante sus pares y la masonería asume el compromiso de ayudarla en el caso de que su esposo falte. Es una ceremonia muy emotiva que tuve la fortuna de cumplir siendo Gran Maestre.
La hermética masonería de antaño ha devenido en institución abierta.
--La masonería del siglo XIX tenía una bandera más fácil de portar. Su lucha contra las monarquías y el absolutismo, y la defensa de las libertades individuales. Ahora la apertura cultural facilita a la gente la exposición y la plasmación de esas ideas de diversas maneras.
A pesar de que los partidos políticos y otras organizaciones corporativas han canalizado las inquietudes y las metas que durante muchos años la masonería tuvo bajo su promoción, el ex Gran Maestre sigue considerando a la institución en plena vigencia:
--Los objetivos están vigentes y los masones seguimos comprometidos con esa línea. La masonería nunca fue multitudinaria. En la Argentina siempre contó con varios miles de miembros. El número no ha variado y funcionan unas cien logias.
Como ex presidente el ex Gran Maestre Alejo sigue formando parte de la estructura superior de la orden. Su actividad privada se relaciona con una empresa de consultoría, pero su labor en la orden le exige gran parte de su tiempo. Tiene dos hijos universitarios de un matrimonio anterior. Si alguien por su función le atribuye la imagen de un hombre de autoridad y de palabra almidonada, se equivoca. Es lo contrario. A los pocos minutos de hablar con él se ve uno involucrado en un ámbito de apertura y franca familiaridad.
En cuanto a la visión abarcativa del mundo que tienen los masones, podríamos resumirla en una frase de Borges que suelen citar: "El verdadero infierno es no darse cuenta de que estamos en el paraíso".
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Constructores medievales
El gran Símbolo.
La lira de siete cuerdas
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