13 mayo, 2006

EL SIMBOLISMO MASONICO

FRANCISCO ARIZA
La Masonería es una institución iniciática y esotérica que revela su enseñanza a través de determinados códigos basados fundamentalmente en el simbolismo constructivo. Esto se debe a que la Masonería actual es en gran parte heredera de los antiguos gremios de constructores, y aunque hoy en día los masones ya no construyamos edificios, sin embargo ese simbolismo sigue estando vigente, entre otras razones porque es consubstancial a la Orden Masónica y constituye sus señas de identidad y su razón misma de ser, como veremos a continuación.

Ante todo los símbolos masónicos se refieren a un conjunto de ideas relacionadas directamente con el conocimiento de la Cosmogonía, y por tanto del hombre, pues éste es un cosmos en pequeño, un microcosmos, por decirlo en lenguaje hermético. Precisamente los antiguos constructores consideraban al Cosmos como su modelo simbólico por excelencia, y para levantar sus edificios imitaban las estructuras de ese modelo, reveladas sobre todo a través de las formas geométricas, entre las que destacan el círculo y el cuadrado, símbolos respectivos del cielo y la tierra. Esas formas y estructuras simbólicas siempre responden a unos arquetipos universales, a unos principios que son coetáneos con cualquier tiempo o circunstancia histórica o personal.

No importa, como decíamos, que los masones de hoy no levantemos edificios. Lo realmente importante es que esos mismos principios o ideas los podemos conocer a través de los símbolos que decoran nuestros templos, el más importante de los cuales es justamente el que se refiere a quien es verdaderamente el Autor de cuyo Pensamiento surge la Gran Obra de la Creación, conocido en la Masonería con el nombre de Gran Arquitecto del Universo, y en otras tradiciones, como por ejemplo la hindú, como el "Espíritu de la Construcción Universal". El Gran Arquitecto del Universo es el Principio Supremo, la verdadera clave de bóveda o piedra angular del Templo masónico. Es bajo la influencia de ese Principio que los masones realizamos nuestros trabajos dentro de la Logia, unos trabajos en los que junto al estudio de los símbolos está la práctica del rito, gracias a la cual la propia Logia se torna un espacio significativo análogo a la misma estructura del Cosmos. Como más tarde veremos, el simbolismo de la Logia también es uno de los temas de meditación a los que nuestra Orden concede una importancia muy relevante.

Y ya que hablamos del Gran Arquitecto, creemos que es conveniente señalar que en la Masonería éste no tiene ningún tipo de connotación religiosa. Y no puede tenerla porque la Masonería no es una religión, como pueda serlo la católica o cualquiera otra, sino una organización iniciática que entrega al hombre los medios y los conocimientos necesarios para su perfeccionamiento como ser humano. No olvidemos que la Masonería es una Ciencia y un Arte, y su Principio Supremo se manifiesta como la Inteligencia que organiza el Cosmos, el Templo Universal, de acuerdo al plan ideal concebido en su Sabiduría, que como se dice en el Libro de la Ley Sagrada "todo lo hizo en número, peso y medida". Esto nada tiene que ver con un dios religioso al que se tenga que "adorar", como si se tratara de algo que está fuera del hombre. Como dice a este respecto R. Guénon en un artículo titulado "La Ortodoxia Masónica", perteneciente al volumen II de Estudios sobre la Franc-Masonería y el Compañerazgo: "El símbolo del Gran Arquitecto del Universo no es la expresión de un dogma, y que si se comprende como debe serlo, puede ser aceptado por todos los Masones, sin distinción de opiniones filosóficas, porque esto no implica por su parte el reconocimiento de la existencia de un Dios cualquiera". No es, por tanto la adscripción a un "dogma" lo que se pide a quien entra por primera vez en el templo masónico, pues de los símbolos allí presentes no se desprende ninguna enseñanza de ese tipo. No se trata de "creer" en el símbolo, sino de comprenderlo, pues en la medida en que lo comprendemos y nos penetramos de su significado profundo seremos uno con la idea que lo conforma. El masón toma al símbolo como vehículo de Conocimiento y no como un objeto de "culto", pues sabe que no hay que confundir al símbolo con lo que éste simboliza.

Pero el hecho de que la Masonería no sea una religión no impide que existan masones que en su vida privada, y en el ejercicio de su libertad, practiquen un credo religioso determinado, o bien que no practiquen ninguno. Esto a la Masonería no ha de importarle, pues esas creencias, ya sean religiosas o de cualquier otro tipo (filosóficas, científicas, políticas, etc.) han de dejarse, junto con los metales, en la puerta del Templo. Como dice el propio Guénon en otro artículo titulado "La Gnosis y la Franc-Masonería", ésta "debe ser pura y simplemente la Masonería. Cada uno de sus miembros al entrar en el Templo, debe despojarse de su personalidad profana y hacer abstracción de cuanto sea extraño a los principios fundamentales de la Masonería, principios a cuyo alrededor todos debieran unirse para trabajar en común en la Gran Obra de la Construcción universal".1

Por decirlo de alguna manera, lo único que la Masonería "exige" a sus miembros es una voluntad firme en el "desbastado" y "pulimento" de la piedra bruta, que como dicen algunos rituales "es un producto grosero de la Naturaleza, que el Arte de la Masonería debe pulir y transformar". Ese desbastado y pulimento es justamente el símbolo del trabajo del masón consigo mismo, lo cual lleva a cabo con las primeras herramientas que la Orden le ofrece tras recibir el influjo espiritual en el rito de iniciación: el mazo y el cincel, símbolos respectivos de la voluntad y la recta intención. La obra de regeneración no puede llevarse a cabo sin una voluntad firme y perseverante que la desee, es decir sin una fuerza interior que influya y transmita su poder creativo a la "materia informe" de la psique desordenada y caótica, simbolizada por la piedra bruta. Pero esa fuerza interior necesita ser dirigida y orientada por la inteligencia, o mejor, por el "rigor intelectual", que "distingue" aquello que en el ser es conforme a la realidad esencial de su naturaleza (lo que ese ser es en sí mismo), de lo que no son sino sus añadidos superfluos e ilusorios. Así pues, con el cincel de la inteligencia, impulsado por el mazo de la voluntad, el aprendiz va limando y corrigiendo las aristas y asperezas de su piedra bruta, separando lo "espeso de lo sutil", el "caos" del "orden", lo "profano" de lo "sagrado", operación alquímica que ha de convertirse en un rito cotidiano, en un ejercicio de cada momento, pues dicha separación constituye la premisa fundamental a cumplir en las primeras etapas del proceso iniciático, hasta que con paciencia y perseverancia alcance ese perfeccionamiento de que hablábamos anteriormente, ejemplificado en la piedra cúbica y tallada.

La iniciación, o vía en el Conocimiento, despierta en el hombre sus cualidades innatas, que permanecen "dormidas" o "replegadas" en su estado ordinario, asimilado por ello al "sueño" y a lo potencial. La influencia de la iniciación no añade nada que el hombre no posea ya y no forme parte de su propia esencia. En este sentido, estamos totalmente de acuerdo con Arturo Reghini cuando dice que ese perfeccionamiento "está ligado al conocimiento y al reconocimiento de la naturaleza humana y sus posibilidades inherentes. Es necesario realizar el antiguo precepto del oráculo de Delfos: conócete a ti mismo. Es necesario buscar en sí mismo el misterio del ser, considerar la vida humana, sus funciones, sus límites y la posibilidad de sobrepasarlos, de intervenir activamente en su curso, no abandonarlo a la deriva, en descubrir y en despertar los gérmenes latentes, los sentidos y los poderes todavía desconocidos, dormidos y ocultos. Es necesario, en fin, realizar una obra de edificación espiritual, una transmutación, alcanzar la virtud y el conocimiento para que el miserable gusano que repta por la tierra se transforme en gloriosa mariposa volando libremente hacia la justicia". Para lograr ese fin el mismo Reghini nos dice que no existe otro medio que "el trabajo masónico basado y sostenido por la iniciación simbólica, es decir conferida y obtenida a través de la inteligencia de los símbolos masónicos familiares, a imagen de la obra de arte que se realiza con los instrumentos del oficio".2

La expresión "Conócete a ti mismo" debería figurar también en el frontispicio de los templos masónicos. En verdad, nada hay más importante para el hombre que conocer su verdadera identidad, saber quien hay detrás de esa máscara a la que llamamos "personalidad", y que la Masonería identifica con los metales del hombre viejo, "sumergido, como dicen los rituales, en las más profundas tinieblas".

Como estamos viendo, la idea de transmutación tiene mucho que ver con el proceso alquímico, y de hecho el "Arte Real" masónico, desarrollado a través de los tres grados de aprendiz, compañero y maestro, es idéntico a la "Gran Obra" de la Alquimia, por lo que puede hacerse una transposición totalmente coherente entre el simbolismo alquímico y el simbolismo constructivo y arquitectónico. La piedra bruta de la Masonería es, en este sentido, lo mismo que la "materia prima" de la Alquimia: tanto en una como en otra están contenidas de manera potencial o virtual todas las posibilidades que conducen al hombre hacia su regeneración, posibilidades que, en el caso del aprendiz masón, comenzarán a desarrollarse y a crecer gracias a la influencia espiritual o intelectual (pues ambos conceptos expresan lo mismo) transmitida a través de los símbolos y ritos de la Orden.

El símbolo y el rito
Vayamos a ver, pues, algunos de esos símbolos que constituyen, junto a los ritos, el patrimonio vivo y el verdadero tesoro de la Tradición Masónica. En aras de una mayor claridad, podemos clasificarlos de la siguiente manera: en símbolos geométricos y visuales; en símbolos sonoros y vocales; y por último en símbolos en movimiento, que no son otros que los ritos.

Sobre la importancia de los símbolos geométricos y visuales en la Masonería baste con recordar que antiguamente se identificaba a ésta con la propia Geometría, lo cual es perfectamente lógico pues esta última encuentra su aplicación natural en la arquitectura. En efecto, la palabra geometría deriva de Gea (tierra) y metrón (medida), es decir "medida de la tierra", lo que desde luego tiene mucho que ver con el oficio de constructor en cuanto que éste delimita un espacio con el fin de realizar su obra.

Por otro lado, el simbolismo geométrico es, al igual que el numérico, una de las herencias más importantes que la Masonería ha recibido de la tradición pitagórica. Hay que recordar que las cofradías medievales de constructores procedían directamente de los colegios artesanales de la antigua Roma, y que éstos habían recibido gran parte de sus conocimientos sobre geometría directamente de los pitagóricos. Una filiación jamás interrumpida existiría entonces entre la Orden masónica y la pitagórica, hasta el punto de que muchos masones han visto en la Masonería una adaptación del Pitagorismo a los tiempos actuales. Lo cierto es que en las leyendas masónicas Pitágoras figura, junto al dios Hermes, como uno de los fundadores míticos de la Orden. En efecto, en esas leyendas tanto Pitágoras como Hermes son los que encuentran las dos columnas (asimiladas posteriormente a las columnas J. y B. del templo masónico) donde se grabó todo el saber que remontaba a los orígenes mismos de la humanidad, y entre las que se encontraban las artes y ciencias de la Cosmogonía. Como dice a este respecto Federico González en el artículo "Tradición Hermética y Masonería", aparecido en el mismo Nº 13-14 de SYMBOLOS, esas dos columnas "configuran los dos grandes afluentes sapienciales que nutrirán la Orden: el hermetismo que asegurará la protección del dios a través de la Filosofía, es decir del Conocimiento, y el pitagorismo que dará los elementos aritméticos y geométricos necesarios que reclama el simbolismo constructivo; se debe considerar que ambas corrientes son directa o indirectamente de origen egipcio. Igualmente que esas dos columnas son las piernas de la Madre Logia, por las que es parido el Neófito, es decir por la sabiduría de Hermes, el gran iniciador, y por Pitágoras el instructor gnóstico." Podríamos entonces decir que la Masonería es la confluencia natural de esas dos corrientes constitutivas de la Tradición Unánime, y que en ella son sólo una, conformando su identidad y su ser.

Volviendo al simbolismo geométrico, debemos considerar dentro de éste a las propias herramientas o útiles. Concretamente hablamos del nivel, la plomada, la escuadra y el compás. Todas ellas están relacionadas directamente con las formas geométricas fundamentales. Por ejemplo, la plomada es claramente un símbolo de la vertical, y el nivel de la horizontal. En el simbolismo constructivo ambas son indisociables y se necesitan mutuamente, pues la verticalidad del edificio, es decir su perpendicularidad, le viene dada por la perfecta nivelación del mismo. Y a su vez esa nivelación es la resultante de un equilibrio que se consigue gracias a la presencia constante de un eje vertical, que señala el "justo medio" que impide cualquier desnivelación La plomada y el nivel representan entonces los dos ejes de coordenadas que posibilitan el levantamiento armonioso de toda la construcción.

Lo mismo ocurre con la escuadra, que se forma por la unión de una vertical y una horizontal. Con esta herramienta también construimos la figura del cuadrado, e igualmente la cruz si unimos dos escuadras por sus vértices respectivos. Ambas figuras son inseparables de la idea de cuaternario; así: los cuatro elementos, los cuatro puntos cardinales, las cuatro estaciones, los cuatro períodos cíclicos de la humanidad, las cuatro fases de la luna, los cuatro períodos de la vida humana, etc., es decir todo lo relacionado con la tierra y lo terrestre. En realidad la escuadra es un ángulo recto, y ella está destinada a "escuadrar" la piedra durante su proceso de pulimento, después de haber sido trabajada por el mazo y el cincel. Recordemos, en fin, que en latín escuadra se dice "norma", indicando así la idea de orden, o de "encuadre" que hace posible el orden, especialmente el del pensamiento, que se hace uno con la Inteligencia que refleja, la cual está simbolizada por el compás.

En cuanto a este último es obvia su relación con el círculo y con todas las figuras que tienden a la circularidad. Pero las formas circulares siempre son generadas a partir de un centro previo, que es precisamente el que señala uno de los dos brazos del compás, aquel que permanece inmóvil mientras el otro gira a su alrededor. El centro de la circunferencia sería, pues, una imagen simbólica del Principio, y la circunferencia misma, una imagen a su vez de la multiplicidad de la manifestación, surgida o generada por la irradiación de ese Principio, que permanece no obstante inmutable mientras todo gira, cambia y muta a su alrededor. Por eso el compás es uno de los símbolos que se asocian directamente con la actividad creadora del Gran Arquitecto, como lo testimonian numerosos grabados donde se le representa con un compás en la mano trazando el plano de su obra, es decir del cosmos.

Otras dos figuras geométricas importantes son el Delta Luminoso (de forma triangular) y la Estrella de cinco puntas o Estrella flamígera, símbolos respectivos del Gran Arquitecto y del hombre plenamente regenerado que ha retornado al centro de sí mismo. Se da la circunstancia de que tanto el Delta como la Estrella flamígera son de origen pitagórico, pues están íntimamente relacionados con la Tetraktys (que tiene también forma triangular), y con el Pentalfa o Estrella pentagramática respectivamente, signo distintivo este último de la cofradía pitagórica.

Entre el segundo grupo de símbolos, los sonoros y vocales, encontramos las "palabras sagradas" y las "palabras de paso", así como las leyendas relatadas en los distintos grados. Todo ello forma parte de la enseñanza oral de la Masonería, que se complementa perfectamente con la enseñanza visual propia del simbolismo geométrico. Las "palabras sagradas" se denominan así porque representan diferentes nombres del Gran Arquitecto. Cada grado masónico está signado y tiene su propia palabra sagrada. El significado de esa palabra da sentido y orienta los trabajos rituales y simbólicos que se desarrollan en cada uno de esos grados. Por eso es tan importante para el masón conocer ese significado, pues para él será un punto de referencia axial constante y permanente que le guiará a lo largo de todo su proceso iniciático.

No menos importantes son las "palabras de paso", así llamadas porque ellas permiten "pasar" de un grado a otro, lo que las relaciona directamente con la simbólica de pasaje o de tránsito, común a todas las tradiciones iniciáticas. La expresión "estar en posesión de la palabra de paso" quiere decir que el masón ha culminado una etapa dentro de su proceso de Conocimiento, que ha progresado en las "vías que le han sido trazadas" desde antiguo por su tradición, y que por tanto está preparado interiormente para recibir el "aumento de su salario".

Y por último están los símbolos en movimiento, que como dijimos no son otros que los ritos. El rito pone en práctica la idea que el símbolo expresa. Representa el desarrollo y la vivencia de esa idea, es decir de hacerla efectiva mediante su permanente reiteración. De nada serviría comprender lo que el símbolo manifiesta si después esa comprensión no se vive como una realidad verdaderamente transformadora. Por eso mismo es tan importante el rito dentro de la Masonería, pues sin esa constante vivificación de los símbolos los trabajos que se hacen en la logia carecerían de toda "fuerza y vigor", convirtiéndose en meras alegorías cuando no en actos puramente mecánicos. En este sentido la meditación, la concentración y el trabajo sobre los símbolos constituyen también una forma del rito, pues el fin último de éste es generar un estado apto para la comprensión de las realidades superiores vehiculadas por los símbolos. Se diría, pues, que el rito, realizado en estas condiciones, es una "meditación en acción", y esto puede hacerse tanto en el interior de la Logia, como en el mundo, que es la logia universal.

Podríamos entonces decir que la Masonería es ella misma un rito, de ahí que también se denomine "la Orden", como sinónimo del propio orden cósmico. Por esto mismo, en la Logia masónica (imagen simbólica de ese orden) todo se cumple según el rito, y todos los gestos y signos rituales realizados en el interior de la misma han de ser considerados como lo que son: vehículos transmisores de la enseñanza simbólica y de su influencia regeneradora. Verdaderamente no hay mayor rito que la búsqueda del Conocimiento, pues en ella el hombre encuentra el fundamento mismo de su existencia. Esa búsqueda es un "acto consciente", y todo lo que a partir de entonces es realizado, experimentado y vivido durante su desarrollo pasa a ser significativo, a tener un sentido que nos "orienta" en el laberinto de este mundo perecedero y nos impulsa hacia el encuentro de nuestro verdadero ser y origen.

La Logia, imagen del mundo
Hablaremos ahora del simbolismo de la Logia, y lo primero que llama nuestra atención es la propia palabra Logia, prácticamente idéntica a Logos, que significa justamente la Palabra o el Verbo con que el Gran Arquitecto crea el mundo o cosmos. Igualmente, Logia, si no etimológicamente sí al menos en su sentido simbólico, es idéntica a la palabra sánscrita loka, que quiere decir "mundo", "lugar", y por extensión "cosmos". Por otro lado, también se da una identidad entre Logia, Logos y el griego lyke, que significa "luz". Asimismo la loggia es un término técnico de origen italiano utilizado en arquitectura para designar una galería techada y abierta, compuesta por arquerías apoyadas sobre columnas y situadas generalmente en las partes elevadas de los edificios, como es el caso por ejemplo de los "paraísos" de los teatros.

Aquí tenemos, resumido, lo que distingue ante todo a la Logia masónica, que como dicen los antiguos rituales "es un lugar muy iluminado y muy regular", tal cual es el cosmos salido del Logos creador o Espíritu de la Construcción Universal. La luz es pues sinónimo de cosmos, mientras que la oscuridad o las tinieblas se asimilan al "caos" anterior al cosmos. Las tinieblas en que se encuentra la Logia antes de la apertura de los trabajos simbolizan justamente ese "caos" precósmico, y la apertura misma vendría a representar la gradual "iluminación" de esas tinieblas. En realidad la apertura de la Logia es un rito cosmogónico que los masones realizamos constantemente, y si se estudia detenidamente la simbólica de ese rito se verá con claridad que se trata de un verdadero rito de fundación o de creación de un espacio y un tiempo significativos análogos a la propia estructura del cosmos. La descripción simbólica de la Logia reproduce precisamente esa estructura:

¿Cuál es la forma de tu Logia?

Un rectángulo.

¿En qué sentido se orientan sus lados largos?

De Oriente a Occidente.

¿Y sus lados anchos?

De Mediodía a Septentrión.

¿Y su altura?

De la superficie de la tierra hasta los cielos (el Cénit).

¿Y su profundidad?

De la superficie hasta el centro de la tierra (el Nadir).

¿Qué significan estas direcciones?

Que la Masonería es Universal.

Podemos observar que esas direcciones conforman una cruz tridimensional, cuyos ejes de coordenadas largo, ancho, alto y bajo conformarían la estructura interna de la Logia, a imagen misma del cosmos. Ese rectángulo es en realidad un doble cuadrado, que se orienta horizontalmente de Oriente a Occidente según sus lados largos y de Mediodía a Septentrión según sus lados anchos. Es a partir del centro del rectángulo que la Logia se orienta verticalmente hacia lo más alto de los cielos (el Cénit) y hacia lo más profundo de la tierra (el Nadir), adquiriendo así su verdadera dimensión universal. A esa altura y a esa profundidad se refiere la conocida expresión: "en la Logia de San Juan se elevan templos a la virtud y se cavan mazmorras para el vicio".

Esa estructura vertical también aparece proyectada en el plano base de la Logia, que está dividida en tres partes bien diferenciadas, a imagen misma del Templo de Salomón, prototipo del templo masónico. El cielo está representado por el hemiciclo situado a Oriente, que tiene forma semicircular, y que recibe, al igual que en el templo de Salomón, el nombre de Debir. A él se asciende por tres peldaños o gradas, que se refieren a la idea de elevación gradual y jerarquizada a otros planos o niveles superiores de realidad. La tierra está simbolizada por el Hikal, que es todo el espacio restante de la Logia hasta las dos columnas J. y B., las cuales soportan el "pórtico de la entrada", asimilado a lo que en el templo de Salomón se denominaba el ulam. Se dice que el "pórtico de la entrada" no está ni dentro ni fuera de la Logia. Es, pues, un lugar de tránsito, o de pasaje, que el masón debe atravesar viniendo de las tinieblas del mundo profano, el cual es propiamente el mundo inferior.

Esa misma idea de elevación señalada por las tres gradas que conducen al Debir, la encontramos también en el altar o ara, proveniente del latín altare, cuya raíz, altus, significa lugar alto o elevado. En muchas culturas tradicionales los altares (como los templos) se erigían en la sumidad de las montañas, o de las pirámides escalonadas, como en el caso de las civilizaciones precolombinas, o de los zigurats babilónicos, por poner sólo dos ejemplos. El altar está situado en el centro mismo de la Logia, y en torno a él nos desplazamos y efectuamos nuestros ritos. Es por tanto el "punto geométrico" o "corazón" de la Logia, y por él pasa simbólicamente la plomada del Gran Arquitecto que une el cielo con la tierra. También se llama "Altar de los juramentos" porque sobre él realizamos los compromisos y "alianzas" que contraemos con la Orden y el Espíritu que la vivifica. Ese juramento se cumple en presencia de las "Tres Grandes Luces" de la Masonería, el Libro de la Ley Sagrada, el Compás y la Escuadra, los cuales se disponen precisamente sobre el altar. En casi todas las Logias ese Libro no es otro que la Biblia, pero ésta también puede ser sustituida por cualquiera de los libros sapienciales de la humanidad, lo cual es una muestra más del carácter verdaderamente universal de la Masonería. Lo realmente importante es que en ese Libro se recoja la voz de la Sabiduría Perenne, cuya esencia está por encima de las formas particulares que ésta pueda adoptar para manifestarse. Lo mismo podemos decir del compás y la escuadra, herramientas cuyo simbolismo, como ya vimos, está ligado directamente con la idea de una Cosmogonía siempre viva y actual.

Volviendo de nuevo al Oriente, sobre la pared del fondo encontramos el Delta luminoso con el Tetragrama o nombre inefable del Gran Arquitecto en el centro. Como ya dijimos este Delta es un triángulo con el vértice hacia arriba, figura que expresa la realidad de los principios universales, a la vez que es la primera estructura prototípica que se expresa en todos los planos de la manifestación como una fuerza que crea, otra que conserva y una tercera que destruye, o mejor, transforma. Estas tres ideas–fuerza surgen de un Principio único, que queda simbolizada en el Delta por un solo ojo que a veces sustituye al Tetragrama, pero que viene a referirse al mismo sentido de presencia inmutable de la deidad en el seno mismo de la manifestación. Además, la manifestación, desde su realidad más sutil hasta la más densa y material, está simbolizada por las cuatro letras que componen el Tetragrama: Iod, He, Vau, He, correspondiéndose cada una de ellas con los cuatro niveles o mundos que constituyen la existencia universal, y que son los mismos que se encuentran en el Arbol de la Vida cabalístico. En este nombre del Gran Arquitecto queda pues resumida la obra de la creación, y su conocimiento se vincula directamente con la búsqueda de la "Palabra Perdida".

Pero la Logia no es sólo una estructura estática –como tampoco lo es el universo– sino dinámica también, pudiendo ser visualizada como una rueda, imagen de la "rueda del cosmos" o Rota Mundi. Esto está expresamente indicado por las doce columnas o pilares que enmarcan el recinto de la Logia, y que equivalen a los doce signos zodiacales. Cinco de estas columnas están situadas a Septentrión, cinco más a Mediodía, y las dos restantes (las columnas Jakin y Boaz) a Occidente, justo en el pórtico de la entrada.

Diremos que el zodíaco (que quiere decir precisamente "rueda de la vida") es como el marco del universo visible, y su movimiento cíclico, unido al de los planetas y demás constelaciones, influye en el cambio alternativo de las estaciones y en el mantenimiento y renovación de la vida del cosmos y del hombre. De esto se deduce que la Masonería no desconoce la antigua ciencia de la astrología, que junto a la alquimia revela también los misterios del cielo y de la tierra.

Las columnas Jakin y Boaz se vinculan especialmente con la simbólica de los dos solsticios, y por tanto con las dos fases ascendente–descendente del ciclo anual. Ellas se asimilan, pues, a los dos San Juan, el Bautista y el Evangelista, y a los dos rostros del dios romano Jano, y en consecuencia a la "puerta de los hombres" y la "puerta de los dioses", respectivamente. Estas son las puertas zodiacales de Cáncer y Capricornio, que corresponden a la entrada del verano y del invierno, es decir el descenso y el ascenso de la luz solar. Las puertas solsticiales cumplen un papel muy importante dentro del proceso iniciático, que, no debe olvidarse, reproduce exactamente las etapas del desarrollo cosmogónico.

Para los pitagóricos, por la puerta de Cáncer las almas penetran en el "antro de las ninfas", que es lo mismo que la caverna platónica, otra imagen del mundo. Allí el masón, atravesando las dos columnas como si fuese parido por ellas, comienza a recorrer su viaje horizontal o terrestre, hasta llegar al centro de sí mismo, al altar de su corazón, en donde se abre otra puerta, la de Capricornio, a través de la cual inicia otro viaje, esta vez vertical y celeste hacia la cúpula y la clave de bóveda que corona los misterios de la cosmogonía, dando acceso así a los estados metafísicos e incondicionados. Es decir, que el hombre "entra por una puerta y sale por otra, y en el ínterin –signado por el espacio y el tiempo– tiene la oportunidad de reconocerse y escapar de esa condición por la identificación con otros estados del ser universal, que puede vivenciar por medio de la conciencia individual –semejante a la conciencia universal– y que constituyen la posibilidad de la regeneración particular –y también de la universal–, siempre, claro está, tomando como soporte la generación y la creación en el espacio y el tiempo".3 Este mismo proceso puede verse también en la mitología de gran número de héroes y dioses solares, como es el caso de Osiris, Quetzalcóatl, Mitra, Cristo y el propio maestro Hiram.

En el centro de la Logia se extiende el "pavimento mosaico", tapiz de cuadros blancos y negros exactamente iguales que los del tablero de ajedrez, cuyos orígenes son también simbólicos y sagrados como el de la mayoría de los juegos. El pavimento mosaico es, sin duda, un símbolo de la manifestación que, efectivamente está determinada por la lucha y delicado equilibrio que entre sí sostienen las energías positivas, masculinas y centrífugas (yang, luminosas) y las energías negativas, femeninas y centrípetas (yin, oscuras), expresadas también en la alternancia de los ritmos y ciclos de la naturaleza y el cosmos. Esas mismas energías están representadas por el Sol y la Luna, que en la Logia se encuentran presidiendo el Oriente, a uno y otro lado del Delta luminoso.

Recordaremos que el color blanco simboliza las energías celestes, y el color negro las terrestres. Las primeras se oponen a las segundas, y viceversa, al mismo tiempo que se complementan y conjugan (atraídas como los polos positivo y negativo de un imán), determinando en su perpetua interacción el desarrollo y la propia estructura de la vida cósmica y humana. Esa estructura se genera igualmente por la confluencia de un eje vertical -celeste- y otro horizontal -terrestre- (ejemplificados en el pavimento por las líneas transversales y longitudinales), conformando un tejido o trama cruciforme, un cuadriculado, en fin, que refleja las tensiones y equilibrios a que está sometido el orden de la creación. Asimismo, también puede equipararse la vertical al tiempo y la horizontal al espacio (el primero activo con respecto al segundo, al que moldea permanentemente), es decir, a las dos coordenadas que establecen el "encuadre" que permite la existencia de nuestro mundo y de todas las cosas en él incluidas. La idea de ese orden está ya implícito en el significado de la palabra 'mosaico', que deriva del griego museion, literalmente "templo de las musas", expresión ésta que conviene perfectamente a la Logia masónica, en donde como estamos viendo cada una de sus partes y la totalidad de su conjunto constituyen una síntesis simbólica de la armonía universal.

En medio mismo del pavimento mosaico se dispone el "cuadro de la Logia", que es un esquema sintético de todo el templo masónico, además de constituir un soporte simbólico para la meditación y la concentración. En efecto, el cuadro de la Logia, al contener en su interior el diseño de los símbolos más significativos e importantes, deviene por ello un vehículo de la influencia espiritual en la Masonería.

Antiguamente el cuadro de la Logia se trazaba directamente sobre el suelo antes de iniciar los trabajos, y era borrado cuando dichos trabajos tocaban a su fin. Esto da la medida de la importancia que tenía dicho cuadro en los ritos cosmogónicos de los constructores, pues en verdad el trazado de los diferentes símbolos constituía en sí mismo un rito destinado a "atraer" y hacer presente en el espacio significativo de la Logia las ideas-fuerza contenidas en esos mismos símbolos, y que después se plasmarían en la edificación. Aunque hoy en día en los talleres masónicos ya no se tenga la costumbre de dibujar el cuadro de la Logia, sin embargo la influencia de esos símbolos continúa estando presente, hasta el punto de que sin la presencia del cuadro los trabajos no pueden abrirse. En cualquier caso, el trazado del cuadro de la Logia es un ejercicio ritual de meditación y concentración en los símbolos que el masón podría practicar siempre que lo deseara.

Y por último mencionar que alrededor del pavimento de mosaico y del cuadro de la Logia se encuentran los tres pilares de la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza. Los pilares son también las "Tres Pequeñas Luces" de la Masonería, y a las que no habría que confundir con las "Tres Grandes Luces" ya mencionadas. Diremos que en algunas Logias los tres pilares están consagrados a la diosa Minerva (la Sabiduría), a Hércules (la Fuerza) y a Venus (la Belleza).

Los pilares son encendidos durante la apertura de los trabajos y apagados instantes antes de su clausura, lo cual lleva a pensar que, y al igual que ocurre con el cuadro de Logia, estos pilares desempeñan un papel de suma importancia en lo que se refiere al desarrollo del ritual masónico en cualquiera de sus grados. En este sentido recordaremos que el significativo nombre de "estrellas" con el que también se conocen a los tres pilares alude sin duda al carácter celeste que se desprende de su simbólica, pues es claro que se tratan de las "ideas" rectoras que han de presidir los trabajos masónicos, pues como se dicen en los rituales "la Sabiduría concibe, la Fuerza ejecuta y la Belleza adorna".

Atendiendo a lo que se menciona a este respecto durante el ritual de apertura esas estrellas deben "hacerse visibles" a fin de que esos trabajos sean "iluminados" y se desarrollen en armonía con los planes del Gran Arquitecto. Como dijimos más arriba, la penumbra en que está sumida la Logia antes del alumbrado de los pilares ejemplifican las "tinieblas" primigenias que precedieron la formación del orden cósmico, de lo que se deduce que la iluminación de la Logia vendría a representar un símbolo más de la acción del Fiat Lux, o ¡Hágase la Luz!, cosmogónico emanado de la Palabra o Verbo creador.

Considerados desde el punto de vista microcósmico, estos tres principios también representan tres cualidades o estados del alma humana, los que vividos en el interior de la conciencia hacen posible su transmutación y contribuyen, por tanto, a la edificación del templo espiritual, del cual el templo material es la figuración simbólica. Precisamente los tres pilares se vinculan respectivamente con el Venerable Maestro, el Primer Vigilante y el Segundo Vigilante, es decir con los tres principales oficiales de la Logia (llamados las "tres luces"), aquellos que se encargan de dirigir y "ordenar" los trabajos que en ella se realizan. Son estos tres oficiales los que encienden o iluminan los pilares (y también los que los apagan durante la clausura), pronunciando al mismo tiempo que esto se cumple, las invocaciones claramente alusivas a la construcción del templo interior y del templo exterior.

En el Rito Escocés Antiguo y Aceptado esas invocaciones son las siguientes:

¡Que la Sabiduría del Gran Arquitecto presida la construcción de nuestro edificio!

¡Que la Fuerza lo sostenga!

¡Que la Belleza lo adorne!

No es entonces casual que sea precisamente alrededor de este cuadro y de los tres pilares donde tiene lugar el rito de la "cadena de unión", en el que se invoca la potencia creadora e iluminadora del Gran Arquitecto, e implícitamente también la de todos los hermanos y hermanas esparcidos por la faz de la Tierra, sin olvidarnos de los antepasados que han pasado al Oriente Eterno y que contribuyeron con su esfuerzo, sacrificio y entrega a la Verdad y al Conocimiento a la edificación de la Gran Obra Universal. Y esta invocación vertical se realiza mediante la unión encadenada y fraterna de todas las fuerzas vivas presentes en la Logia, es decir de todos los componentes de la misma, que establecen así una comunicación sutil entre sus respectivas individualidades, sirviendo como soporte para la manifestación de la influencia espiritual.

Como se dice en el libro Símbolo, Rito, Iniciación. La Cosmogonía Masónica, cap. 33, y con esto ya terminamos, la cadena de unión "constituye un círculo mágico perfecto de concentración de vibraciones, un dínamo generador, no únicamente capaz de transmitir su fuerza a cada uno de los integrantes sino la de emanar a otros espacios visibles e invisibles; una forma activa de la invocación y también un encantamiento de protección para todos aquellos que tienen la gracia de participar en los misterios del Arte Sagrado, los llamados guardianes del Templo de la sabiduría salomónica, imagen de todos los templos, los que como parte de sus funciones deben saber estrechar sus filas y trabajar de modo armónico, tendiente a la perfección".

NOTAS
* Conferencia pronunciada en una Logia de Buenos Aires, República Argentina, el 7 de Diciembre de 2000. Francisco Ariza es colaborador de SYMBOLOS: Arte - Cultura - Gnosis, codirector del Centro de Estudios de Simbología de Barcelona y director de la Revista telemática El Taller.
1 Artículo traducido en el Nº 13-14 de la revista SYMBOLOS, págs. 192-195.
2 Consideraciones sobre el ritual del Aprendiz Franc-masón. Ed. Arché Milano.
3 Federico González, La Rueda. Una imagen simbólica del cosmos, cap. VII.



Fuente:

http://www.geocities.com/glolyam/simbolismo.htm

12 mayo, 2006

El Credo De Un Humanista

Hasta donde sé Erich Fromm no fue iniciado en la Francmasonería. No obstante, por el fondo humanista y la alta calidad del contenido de sus escritos, bien podríamos considerarlo como tal. En efecto, para muchos Erich Fromm constituye un ejemplo claro de un "Masón sin Mandil".Se dice que el libro más "personal" de Erich Fromm es el titulado "Más allá de las cadenas de la ilusión". Comienza con un capítulo autobiográfico y termina con un "Credo" que redactó en 1965 bajo el título de "Some beliefs of man, in man, for man", en el que resume, en una especie de profesión de fe, su concepto del hombre y sus ideas sobre el dinamismo progresivo o regresivo de los procesos humanos y sociales.He aquí una síntesis de los conceptos más importantes, que dejo a vuestra reflexión para que juntos podamos analizarlos y eventualmente convertirlos en parte de nuestro acervo de normas directrices en tanto grupo que trabaja por y para la realización de los principios humanistas universales.

· Creo que la unidad del hombre se debe a que el hombre, a diferencia de otros seres vivientes, es la vida consciente de sí misma. El hombre es consciente de sí mismo, de su futuro que es la muerte, de su pequeñez, de su impotencia. Es consciente del otro en cuanto otro. El hombre está en la naturaleza y sometido a sus leyes, aunque la trascienda con el pensamiento.

· Creo que el hombre es consecuencia de la evolución natural; que ha nacido del conflicto de estar preso y separado de la naturaleza y de la necesidad de hallar unidad y armonía con ella. Este conflicto exige en el hombre la necesidad de buscarle soluciones, que a su vez crean nuevos conflictos que requieren nuevas soluciones.

· Creo que toda solución a estos conflictos puede cumplir realmente la condición de ayudar al hombre a superar el sentimiento de separación y a lograr en cambio, un sentimiento de concordia, comunidad y colaboración. En toda solución de sus conflictos, el hombre tiene la posibilidad de escoger entre avanzar o retroceder. Estas opciones, que se manifiestan en actos precisos, son medios para rebajar o para desarrollar la humanidad que llevamos dentro.

· Creo que la alternativa fundamental para el hombre es la elección entre "Vida" o "Muerte", entre creatividad y violencia, entre realidad y engaño, entre objetividad e intolerancia, entre fraternidad con independencia y dominio con sometimiento. Podemos atribuir a la "Vida" el significado de continuo nacimiento y constante desarrollo. Podemos atribuir a la "Muerte" el significado de suspensión de desarrollo y continua repetición.

· Creo que con la solución regresiva, el hombre trata de encontrar la unidad librándose del insoportable miedo a la soledad y a la incertidumbre, desfigurando lo que lo hace humano y lo atormenta. La regresión del hombre se desarrolla en tres manifestaciones, juntas o separadas:
1. La "Necrofilia", que es el gusto por todo lo que es violencia y destrucción; el deseo de dañar, de matar, la adoración de la fuerza, la atracción por la muerte, el suicidio y el sadismo, el deseo de transformar lo orgánico en inorgánico sometiéndolo al "Orden". El necrófilo por ser incapaz de crear en su impotencia encuentra más fácil destruir, porque para él solo una cualidad tiene valor: la fuerza.
2. El "Narcisismo", entendido como la distorsión del juicio racional hacia falta de interés auténtico por el mundo exterior y un intenso apego a uno mismo, al propio grupo, clan, religión, nación, etnia, etc. Por lo general, la necesidad de satisfacción narcisista deriva de la necesidad de compensar una pobreza material y cultural.
3. La "Simbiosis Incestuosa", entendida en el sentido freudiano de seguir ligado a la madre y sus equivalentes, la estirpe, la familia, la tribu, la nación; a descargarse el insoportable peso de la responsabilidad, de la libertad y la conciencia, para ser protegido y amado en un estado de seguridad dependiente, que el individuo paga con la anulación de su propio desarrollo humano.

· Creo que escogiendo avanzar, el hombre puede encontrar una nueva unidad mediante el pleno desarrollo de todas sus energías humanas, que se muestran en tres orientaciones, juntas o separadas:
1. La Biofilia;
2. El amor a la humanidad y a la naturaleza;
3. La independencia y la libertad.

· Creo que el Amor es la llave principal para abrir las puertas al crecimiento del hombre. El Amor a lo demás permite trabar relación con otros, sentirse uno con otros, sin reducir el sentido de integridad e independencia. El Amor es una orientación positiva, para la cual es esencial que se hallen presentes al mismo tiempo, la solicitud, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento del objeto de unión. La experiencia del Amor, al igual que la razón, es el acto más humano y humanizador que le es dado gozar al hombre, y como ésta, carece de sentido si se entiende de manera parcial.

· Creo que "Libertad" es la capacidad de obedecer la voz de la razón y del conocimiento, en contra de las voces de las pasiones irracionales. Emancipa al hombre y lo pone en el camino de emplear sus facultades racionales y de comprender objetivamente el mundo y el papel que juega en él. La "Lucha por la Libertad" debe significar hoy liberarnos individual y colectivamente de la "Autoridad" a la que nos hemos sometido "voluntariamente". De esas fuerzas que exigen de manera expresa u oculta este sometimiento porque somos incapaces de soportar la Libertad. Cada paso en la vida del hombre que aumente su madurez, aumentará su capacidad para elegir la alternativa liberadora.

· Creo que por su propia naturaleza, el hombre libre no puede tomar la opción regresiva. El problema del libre albedrío existe para el hombre de orientaciones contrapuestas víctima de las contradicciones generadas por deseos inconscientes y por justificaciones tranquilizadoras.

· Creo que nadie puede salvar a su prójimo decidiendo por él. Únicamente podrá ayudarlo señalándole las alternativas posibles, con toda sinceridad y amor, sin sensiblería ni engaño alguno. La conciencia intelectiva de las alternativas liberadoras puede reavivar en un individuo sus energías ocultas y ponerlo en el camino en el que escoja la "Vida" en lugar de la "Muerte".

· Creo que la "Igualdad" se siente cuando al descubrirse uno por completo, se reconoce igual a los otros y se identifica con ellos. Todo individuo lleva a la humanidad en su interior. La "Condición Humana" es única e igual en todos los hombres, a pesar de las inevitables diferencias de inteligencia, talento, estatura, color, etc.. La Igualdad debe ser recordada siempre para evitar que uno se convierta en instrumento de otro.

· Creo que la "Fraternidad" es el Amor dirigido a nuestros semejantes. No obstante, se quedará en palabra hueca mientras no se hayan eliminado todos los lazos "Incestuosos" que impiden tratar y juzgar objetivamente al "Hermano".

· Creo que el individuo no puede entablar estrecha relación con su humanidad en tanto no se disponga a trascender su sociedad y a reconocer de qué modo ésta fomenta o estorba sus potecialidades humanas. La sociedad ha chocado siempre con la humanidad, aún teniendo una función a la vez estimulante e inhibitoria. La sociedad no dejara de paralizar al hombre y promover la dominación hasta que su fin se identifique con el de la humanidad.

· Creo que podemos y debemos esperar una sociedad cuerda que fomente la capacidad del hombre de amar a sus semejantes, de trabajar y crear, de desarrollar su razón y un sentido real de sí mismo basado en la experiencia de su energía positiva.

· Creo que podemos y debemos esperar la recuperación colectiva de una salud mental caracterizada por la capacidad de amar y de crear, por la liberación de los "lazos incestuosos" con el Clan y con la Tierra, por un sentido de identidad basado en la experiencia que tiene de sí mismo el individuo como sujeto y agente de sus facultades y por la capacidad de influir en la realidad exterior e interior a uno mismo, logrando el desarrollo de la objetividad y de la razón.

· Creo que mientras parece que el mundo enloquece y se deshumaniza, cada vez más individuos sentirán la necesidad de asociarse y colaborar con quienes compartan sus preocupaciones. Estos hombres y mujeres de buena voluntad no sólo deben hacerse una interpretación humana del mundo, sino que también deben señalar el camino y trabajar por su posible transformación: la interpretación sin voluntad de reforma es inútil; la reforma sin previa interpretación es ciega.

· Creo posible la realización de un mundo en el que el hombre pueda "Ser" mucho aunque "Tenga" poco; un mundo en el que el móvil dominante de la existencia no sea el consumo; un mundo en el que el ser humano sea el fin primero y último; un mundo en el que pueda encontrar la manera de dar un objeto su vida y la fortaleza de vivir libre y desengañado.

Fuente:
http://www.uninet.com.py/fraternus/credo_humanista.html

SAINT GERMAIN

La vida de la corte y de la alta aristocracia se desenvolvía en un ambiente de lujo refinado, relajación moral e interés por las misteriosas Ciencias Ocultas. Por entonces y en 1758, apareció en Francia el Conde de Saint Germain procedente de Holanda, Inglaterra y Alemania, países visitados por él en discretas misiones políticas ya que requerían de sus servicios altas personalidades del Gobierno en distintas naciones.

Era un hombre elegante, educado, considerado muy rico por la gente; aunque había gran curiosidad porque se desconocía el origen de su considerable fortuna y conde estaba depositada. También se ignoraba su nacionalidad y su origen, si era español, italiano, alemán, francés, polaco, holandés e incluso egipcio, ¡pues tantas nacionalidades le atribuían! porque hablaba a la perfección las más conocidas lenguas europeas: Francés, inglés, italiano más el chino, árabe y sánscrito.
Saint Germain asombraba y desconcertaba a la nobleza no sólo por su gran erudicción y su fácil palabra sino por el misterioso atractivo que envolvía a su persona. Se decía de él que no permanecía mucho tiempo en un mismo lugar y que desaparecía discretamente sin avisar ni que nadie le hubiera visto pasar a través de las puertas. Vivía en toda Europa; pero, cuando se cansaba, se iba al Tibet, a Africa, México y Constantinopla. En aquellos tiempos en los que viajar no era tan fácil como ahora, este hecho resultaba muy sorprendente.
Igualmente asombraba su aspecto de permanente y radiante juventud. Algunos pensaban que el Conde de Saint Germain tenía 300 años, 150 o 160 quizás y que se rejuvenecía cuando era demasiado viejo. También resultaban muy sorprendentes sus vastos conocimientos y aptitudes no sólo para la Política sino para las Artes, las Ciencias, la Poesía, la Medicina, la Química, la Música y la Pintura. Tocaba el violín con destreza, cantaba, era compositor de varias partituras exitosas, pintaba cuadros históricos y naturales de gran calidad. Tenía una prodigiosa memoria para recordar interesantes datos de tiempos pasados, sabía Psicometría, podía domesticar a las abejas y amansar a las serpientes por medio de la música. Era un natural clarividente con gran facilidad para leer en los rostros de las personas por lo cual comprendía todo con gran rapidez.
Poseía la rara cualidad de ser ambidextro; es decir: escribir con las dos manos a la vez y simultáneamente, un texto auténtico. No profesaba religión alguna por lo cual fue censurado de materialista. Se rumoreaba que se alimentaba de gotas de oro líquido, pues nadie lo había visto comer o beber ni aún en los banquetes donde era invitado, lo cual bien podía ser una fantasía de las muchas que se propagaban sobre su persona. Tampoco se le conocían aventuras amorosas con mujeres, si tenía familia e hijos. Fabricaba diamantes y piedras preciosas sacándolas de la nada; aunque, privada y discretamente, quitaba las manchas oscuras a los diamantes y los producía él mismo para regalarlos.
¿Quién era ese enigmático personaje que asombraba tanto a la nobleza de distintos países? Se desenvolvía en altos medios sociales. Al llegar a Francia, logró la amistad personal del rey Luis XV y de su amante o favorita, Madame la Pompadour, quienes lo apreciaban mucho. Esto ocasionó bastante rechazo y envidia de los cortesanos, en parte de la aristocracia y dio lugar a una persecución ensañada procedente de peligrosos detractores que lo atacaban, lo calumniaban como, por ejemplo: El depravado Casanova, considerado un "don Juan", Cagliostro, el Duque de Choisseul y el señor D'Affy, quienes lo llamaban charlatán, impostor, aventurero e insolente. Por ello, vemos que el Conde de Saint Germain era tanto amado como odiado, que la gran admiración y respeto tenía su contraparte como siempre sucede con los personajes brillantes y valiosos.
Para más difamarlo, le crearon un doble pagando altas sumas de dinero al cómico milord Gower que se le parecía mucho y lo imitaba a la perfección. Esto era para dejarlo en ridículo con una sátira grotesca, pues mister Gower andaba pavoneándose por los salones de la alta aristocracia diciendo que había conocido a Jesucristo, a la Virgen María, a Poncio Pilatos y contando historias que desprestigiaban al Conde de Saint Germain. Con ese papel tan bien estudiado, Gower se sentía feliz porque, ganaba mucho dinero. No se sabe como, de pronto, gower desapareció apresuradamente de Francia sin que se supiera que nadie lo hubiera amenazado. A la labor de ese ser, se deben muchas de las calumnias y falsas historias que todavía persisten, incluso escritas en los libros como datos históricos. La huida misteriosa de Gower dio mucho que pensar.

Para explicar los orígenes del Conde de Saint Germain, de donde él procedía, había varios relatos.
Se rumoreaba que era hijo natural (un bastardo) de la reina Ana de Neuburgo, viuda del rey Carlos II de España; pero igualmente le atribuían su paternidad a poderosas señoras, reyes y personajes importantes de entonces.
También se decía que era hijo Rackoczy de Transilvania y de su primera esposa Teleky, lo cual es más inverosímil. Sobre su permanente juventud, sucedió un hecho algo insólito por lo realmente comprobado: La condesa Gergy lo había conocido en Italia hacía cincuenta años.
Cuando lo volvió a ver en Francia, ella había envejecido mucho; pero él se conservaba con la misma juventud de entonces, lo cual asombró bastante a esta noble señora.

Príncipe Rackoczy
Con respecto a la intriga de su nacionalidad y su origen, la princesa Amelia, hermana de Federico II, le preguntó un día: ¿De qué país es usted? El le contestó: "Soy, señora, de un país que, por lo soberano, jamás ha tenido hombres de origen extranjero", lo cual la dejó más confundida que antes. Se le conocen distintos nombres con los que se identificaba cuando visitaba los países europeos, porque se conservan datos históricos de ello en distintas épocas: Marqués de Montferrat, Marqués de Aymar, Conde de Belmar, de Soltikov, de Wendome y de Saint Germain, Caballero de Schoening, Monsieur Surmont y Príncipe Rackoczy, lo cual indica que él fue diferentes personajes sucesivos teniendo el mismo rostro y aspecto personal.
En 1784, se anunció oficialmente su muerte en Silesia (Prusia) en el lugar llamado ckenfoerda, hasta se enterró su cadáver y le hicieron funerales civiles, porque la iglesia le negó los religiosos; pero, un poco más tarde (1789) volvió a reaparecer en Francia donde conoció a la reina María Antonieta e incluso participó en la Revolución Francesa. También realizó una importante labor política de liberación durante la Revolución Rusa, en el reinado de Pedro III y Catalina II.
Nunca se preocupó por sacar provecho personal a sus inventos e investigaciones cuyo provecho ofrecía generosamente a las cortes de Europa, cuando reyes y altos personajes lo apoyaban para montar sus fábricas y manufacturas. Por esta razón, residió en el castillo de Chambord, junto al río Loira, transitoriamente y poco después de haber conocido a Luis XV. Se presentó ante él como negociante en tintes para telas, cerámica y sedas pues fijaba los colores de manera tan asombrosa que ni el aire y la lluvia los podían dañar, lo cual era muy sorprendente por entonces. También fabricaba bellos sombreros y trabajaba en la industria de cueros, aceite comestible con no muy buenos resultados porque se sentía explotado y, al final, lo despojaron de todas las mercancías producidas.
Practicaba también la Medicina de manera no común, en forma discreta y cuando se lo pedían. Se sabe que revivió a una joven que se envenenó para salvar su honor en el Parque de los Ciervos donde el libertino Luis XV tenía sus aventuras con jovencitas adolescentes, engañadas o compradas por dinero. Ante este hecho insólito, el rey la dejó en paz. También se conoce que curó de la ceguera y la sífilis y que asistió a la batalla de las Pirámides acompañando a Napoleón con el nombre de señor Hompesh; pero ni una bala lo alcanzaba. Este hombre-milagro que no moría jamás y era imperturbable ante los peligros, que había vencido la vejez y la muerte, fue un misterio durante mucho tiempo pues los relatos históricos hablan de él en distintas épocas. Habitó en casi todos los países de Europa, se desenvolvió muy bien en las cortes de los reyes, en los altos salones de la aristocracia. Sin jactancia ni vanagloria, era renocido y respetado por sus grandes cualidades e insólitos poderes; aunque también contaba con muchos enemigos y detractores.
Este relato es sólo un esbozo o síntesis de lo que históricamente se conoce acerca del Conde de Saint Germain; porque la verdadera historia espiritual ahora la está develando el Movimiento Metafísico Ray Sol. Por la enseñanza transmitida aquí, podemos comprender que él hubiera de utilizar distintos nombres en el transcurso de los quinientos años de inmortalidad en servicio a la Luz y en ayuda valiosa a la humanidad de la Tierra.



Fuente:

http://club.telepolis.com/agaigcu/saintgermain.htm


10 mayo, 2006

MEMORIA HISTÓRICA

Masones de Valencia y Alicante reclaman a Barberá que conserve la fosa común
Las logias Blasco Ibáñez y Alona denuncian el expolio del cementerio civil

Rafel Montaner, Valencia

Las logias masónicas Blasco Ibáñez de Valencia y Constante Alona de Alicante han sumado sus voces a los colectivos, partidos políticos e intelectuales que reclaman la paralización de unas obras municipales en el Cementerio de Valencia que destruirán una fosa común de la posguerra con miles de víctimas de la represión franquista. Ambos colectivos, pertenecientes al Gran Oriente de Francia en España, denuncian también la desaparición de tumbas de masones enterrados en la parte civil de la necrópolis.


En un manifiesto conjunto presentado ante la Alcaldía de Valencia, las logias solicitan a Rita Barberá «la inmediata paralización de toda obra o acción que siga destruyendo esos lugares históricos». Además, reclaman «la restitución de la memoria mediante los correspondientes monumentos, placas, etc, que recuerden a los valencianos y a la Humanidad que en Valencia, hubo valencianos de toda condición y por lo que nos atañe a nosotros, hermanos masones que pagaron con su vida la lucha del pueblo español por la libertad».

«Un atentado a la dignidad»

El escrito carga contra la «sistemática labor de destrucción de todas las fosas comunes del cementerio donde reposan nuestros hermanos», en referencia a los masones represaliados por la dictadura. Así, las logias consideran «un atentado a la dignidad universal y a la memoria histórica la sistemática eliminación de sus restos y la negación al más mínimo homenaje o recuerdo que el ayuntamiento practica».
En la tumba colectiva de la sección séptima derecha, la única de las seis del camposanto sobre la que no se ha construido, el consistorio ha iniciado los trabajos para construir 1.020 nichos. Estas obras han provocado las protestas del Fòrum per la Memòria, que asegura que en ese lugar fueron sepultados más de 4.500 represaliados en los 11 meses siguientes a la entrada de las tropas franquistas en Valencia.
Entre las víctimas de la dictadura que acabaron sus días en la fosa de la sección séptima se encuentra Aureli Blasco Grajales, uno de los periodistas masones más influyentes en la vida social y política valenciana de finales del siglo XIX y principios del XX junto a Vicente Blasco Ibáñez y el que fuera director de El Mercantil Valenciano, Vicente Dualde.
Por otro lado, el delegado de comunicación del Supremo Consejo del grado 33 una de las instituciones de más alto rango dentro de la masonería española, Galo Sánchez, informó que este grupo cotejará los nombres de masones represaliados con los libros de enterramientos en la sección séptima. «Si en la fosa afectada por las obras fueron enterrados más masones, algo que en principio parece que sí, pediremos la paralización de las obras», concluye.



Fuente:
http://www.levante-emv.com/secciones/noticia.jsp?pIdNoticia=
196423&pIdSeccion=19&pNumEjemplar=3148

09 mayo, 2006

«Dan Brown se apropió de nuestro libro»

ENTREVISTA Michael Baigent. Escritor


El coautor de `El enigma sagrado´ demandó por plagio al firmante de `El código Da Vinci´ pero el juez lo desestimó.
Baigent expone su punto de vista.
Por M.Vallés. Palma


Michael Baigeant se enfrentó en los tribunales a Dan Brown, que tomó conceptos de su libro en `El código Da Vinci´ y dio su apellido al protagonista. Perdió: "El juez estuvo de acuerdo en que Dan Brown se apropió de nuestro material, publicado en `El enigma sagrado´, sin acreditarlo ni pagarlo, pero consideró que lo copiado no era suficiente para calificarlo de infracción".

-El matrimonio de Jesucristo y María Magdalena es una tesis amplia, al alcance de cualquiera.
-El problema no está en ese matrimonio, que ya describió D. H. Lawrence, sino en la idea del Santo Grial como una persona. Eso nos pertenece, y la segunda parte de `El código Da Vinci´ se extrae de nuestro libro.
-¿Se casó realmente Jesucristo con María Magdalena y tuvieron hijos?
-Quién sabe. Es más plausible que otras versiones, pero la única verdad histórica sobre la existencia de Cristo es una frase de Tácito: "Un mesías judío fue crucificado por Poncio Pilatos durante el imperio de Tiberio". Los evangelios son teológicos, no históricos.
-¿No habrá usted pleiteado para que el juicio coincida con la película?
- Eso es tan ridículo que ni siquiera merece una respuesta. Dan Brown había vendido menos de 50.000 libros antes de publicar `El código Da Vinci´, y lo interesante de su novela lo tomó de nuestro superventas, aparecido hace 25 años.
-Es usted probablemente el único ser humano que ha leído `El código Da Vinci´ más de una vez.
-La he leído tres veces, y son tres veces de más.
-Encima de perder, tiene que pagar dos millones en gastos legales.
-Mucho más que eso, pero no le diré cuánto; hay que encajar el golpe y pasar página. No tendré que vender mi casa ni declararme en quiebra, pero has de vender muchos libros...
-Por lo menos, será el protagonista de la novela más vendida de la historia, pues Dan Brown alteró su nombre, de Baigeant a Teabing.
-Brown tuvo que reconocerlo, y lo considero injurioso. Todo el mundo se dio cuenta en apenas una semana.
-Otro escritor puede convertir mañana en novela su libro sobre el atentado de Von Stauffenberg contra Hitler.
-Pueden hacer cualquier cosa, el `copyright´ se ha desvanecido.
-Usted divulgó los manuscritos del Mar Muerto. ¿Qué opina del Evangelio de Judas?
-Muy interesante, porque da importancia a los documentos del siglo II después de Cristo, cuando no estaban implantadas la ortodoxia ni la herejía.
-Quizás la Biblia dé la visión más ajustada de Cristo.
-La Biblia es extravagante. Carece de cualquier prueba, es inconsistente e inverosímil, contiene la versión más increíble de la vida de Jesucristo...
-Encima es usted masón.
-Lo he sido durante años, y soy muy feliz de hacerlo público. La masonería es una organización internacional que va más allá de la política y de las religiones, y que agrupa a las personas en torno a una honda espiritualidad.

Fuente:
http://www.laopiniondemalaga.com/secciones/noticia.jsp?pIdNoticia=70609&pIdSeccion=11

07 mayo, 2006

Se enaltece la Masonería

05/07/2006
Arturo Fortún

El IPH:. Víctor Serna, acaba de ser electo Gran Maestro de la Gran Logia Nueva Era, que está radicada en el estado de Nevada, y también tiene logias representativas en el estado de California.
Según un comunicado llegado a nuestras oficinas el anterior Gran Maestro el Sr. David Muñoz Jr. abandonó la posición y según dice él mismo en su inciso 5 por ‘calificaciones injuriosas’ (aquellos que obran y destruyen y aquellos que obran y construyen), decidan ustedes amigos lectores en qué posición está el Sr. Muñoz Jr.
Pero la Ley de Causa y Efecto que guía a nuestra orden, nos ha puesto en nuestras manos gracias al Gran Arquitecto del Universo, a uno de los líderes masónicos de más transcendencia en este país como en su país de origen, Perú. A corta edad el IPH:. Serna tiene que abandonar los estudios debido a que queda huérfano y tiene que ayudar a sus hermanos menores; nacido en el Departamento de Junín un 28 de enero y tiene que trasladarse al puerto de Callao, terminando su secundaria en el Colegio San Antonio de los Marianistas, ingresando más tarde en la escuela de derecho de la Universidad Nacional San Marcos. Como parte de su trayectoria masónica: Ve la luz de nuestros ‘Agustos Misterios’ en el año 1991 en la A:.L:.B:.C:.R:.L:.S:. Trabajo y Honradez N° 17 del valle de Lima, Perú bajo la jurisdicción de la Gran Logia A:.L:. y A:. Masones del Perú, recibiendo tres años después el Sublime Grado de Maestro Masón, ocupando secretarías, tesorerías, oraduría y diputado ante la Gran Logia, y miembro de la Gran Comisión de Estatutos y reglamentos de la Gran Logia.
En relación a su llegada a los Estados Unidos: Se traslada a La Vegas en el año 1999, donde comienza su trayectoria masónica como uno de los Grandes Conocedores de las dos partes más importantes de nuestra Orden, las partes esotérica y exotérica respectivamente, afiliándose a la Resp:.Logia Simb:. José María Morelos y Pavon 67-1, auspiciada por la Gran Logia Nueva Era, donde ocupa la Gran Secretaría y después la posición de Gran Orador.
Para más información puede llamar al (917) 687-4106 o escribir a Gran Logia Cervantina C/O Arturo Fortún P.O.Box 40571, Glenoaks, NY 11004.


Fuente:
http://www.eldiariony.com/noticias/detail.aspx?section=130&desc=Religi%C3%B3n&id=1383358

Cuando el presidente Washington servía a su jardinero

A. Ruiz, Dénia

Otra de las leyendas que circula sobre la masonería es el del carácter secreto de sus miembros, pero también se ha exagerado. No hay problema en declararse masón y algunos cargos como los de los grandes maestros necesitan mantener una relación pública con la sociedad. Eso sí, no se puede es decir que un hermano es masón sin el consentimiento de éste. A lo largo de la historia hay una relación casi inacabable de personajes que se declararon masones: John Wayne, Bill Clinton, Winston Churchill, Simon Bolívar, George Washington, Santiago Ramón y Cajal, Blasco Ibáñez, Joaquín Sorolla, Amadeus Mozart o Neil Amstrong lo fueron. Gentes de muy diversa condición social e ideológica, lo que ilustra con claridad la heterogeneidad en las logias. El mundo masónico es piramidal, con grandes maestros que dirigen sus destinos y con unos grados muy determinados de perfeccionamiento, que pasan por el aprendiz, el compañero y el maestro, pero también es un mundo democrático y si un gran maestro es elegido es porque cuenta con la confianza de sus hermanos y se le puede derrocar en caso de que la pierda. Además, las jerarquías que rinden el mundo social no cuentan dentro del templo. Así, el presidente Washington fue iniciado en la masonería por su propio jardinero. Por la mañana, en la actividad cotidiana, el jardinero se dirigía a Washington con el consabido, «buenos días presidente». En cambio, en una tenida -reunión de masones- era Washington quien le decía «buenas tardes, venerable maestro» a su jardinero.

Fuente:
http://www.levante-emv.com/secciones/noticia.jsp?pIdNoticia=195687&pIdSeccion=17&pNumEjemplar=3145