19 octubre, 2006

Dan Brown desvela los secretos de la secuela de 'El código da Vinci'

Con más de 60 millones de copias vendidas, un éxito de taquilla a sus espaldas y habiéndose convertido en un auténtico fenómeno literario en todo el mundo, 'El código da Vinci' va camino de seguir cosechando éxitos. El autor Dan Brown retomará las aventuras de Robert Langdon para la secuela del libro. Un seguro nuevo bestseller que ultima el escritor y cuyos secretos están más cerca de los lectores de lo que estos creen.

La gran incógnita para los millones de lectores de El código da Vinci está clara: ¿cuál será la épica cruzada en la que se verá inmerso Robert Langdon esta vez?.

'The Solomon key' (que podría traducirse como la llave o la clave de Salomón) fue el primer título oficial, posteriormente desmentido por la editorial Random House, de la esperada secuela. Lo que sí es seguro es que en ella Brown ahondará en la historia de la sociedad secreta de los francmasones, y el vínculo entre ellos, los padres fundadores y el nacimiento de los Estados Unidos de América.

Así lo ha confirmado el propio autor, que una vez más vuelve la vista al pasado para contar una historia que incurre en los orígenes de su país, en cuya formación jugaron un importante papel nombres relacionados con la masonería. Entre ellos, el presidente George Washington, el político e inventor Benjamin Franklin y el considerado héroe nacional Paul Revere.

Jugando a detectives

En cualquier caso, todo lo relacionado con Dan Brown está ligado al enigma, y el lanzamiento de su nueva obra no podía ser una excepción.

De hecho, las declaraciones del autor no habrán resultado del todo novedosas para los lectores que, al más puro estilo Robert Lagdon, se aventuraran a descifrar las claves dejadas por Brown en la contraportada de El código da Vinci.

En la descripción redactada en la solapa interior del libro, algunas de las letras blancas emplean una sutil negrita, de forma que al unirlas forman la frase "¿No hay ayuda para el hijo de la viuda?".

La respuesta a tan enigmática pregunta la tiene Dan Burstein, estudioso de la obra de Brown y autor de 'Secretos del código' y 'Secretos de ángeles y demonios', guías de lectura sobre los dos títulos más populares del autor.

"La frase – afirma – viene de la historia de la francmasonería y es una llamada de emergencia que un masón dirige a otro para decirle que está en peligro — es como 'Mayday'”, señala Burstein, que ha supervisado la publicación de 'Secretos del hijo de la viuda', uno de los muchos libros ya publicados sobre lo que los lectores podrán encontrar en la secuela de El código.

Las claves del Código

No es ese el único enigma que oculta El código da Vinci: otro de los acertijos que los lectores más observadores podrán descifrar en las tapas del libro (al menos en su edición americana) apunta a la inclusión de los padres fundadores en la secuela. En esta ocasión se trata de un anagrama en letras oscuras que al ser descifrado lee "E pluribus unum", un antiguo lema que significa "De entre muchos, uno".

Sin salir de la portada, una serie de cifras nos remiten a coordenadas geográficas que apuntan a la ubicación exacta de la escultura de Kryptos, que se levanta en el cuartel general de la CIA en Langley, Virginia. La escultura de bronce, que desde hace años ha intrigado a investigadores, criptólogos y al propio Brown, contiene varios cientos de caracteres a lo largo de un misterioso código que aún no ha podido ser descifrado.

Son más los símbolos presentes en la portada los que pueden asistir al lector en la resolución de un 'misterio' que puede descifrarse on line; entre ellos, la pirámide inacabada al dorso de un billete de dólar (tomada de la historia egipcia pero utilizada también probablemente por los masones), el ojo derecho de la Mona Lisa y edificios masónicos como la Casa del Templo en Washington.

El propio Brown ha arrojado algo de luz a las especulaciones al precisar que la nueva novela se centrará en los asesinatos de políticos en Washington.

A este respecto tanto Shutgarts como otros estudiosos de Brown debaten la posibilidad de que la conspiración en torno a la cual girará la secuela se centre en el hecho de que muchos de los padres fundadores no fuesen cristianos sino deístas (aquellos que creen en un poder superior que creó la vida pero que no está presente o activo en el mundo y no interactúa con la raza humana).

Una posibilidad que chocaría con la creencia tradicional que apunta a que los padres fundadores practicaban la fe cristiana: "Los padres fundadores no pretendían crear una nación inmaculada y cristiana", señala Shutgarts. "Ellos tenían un profundo respeto por Dios pero perseguían que cada persona viviera ese respeto a su manera más que convertirlo en un gobierno cristiano. Puede que Dan Brown nos sorprenda sacando a la luz algunas de estas verdades inapropiadas".

En cualquier caso, y cualquiera sea el tema que trate, la anticipación rodea al nuevo libro de Brown, cuya publicación está inicialmente prevista para marzo del año próximo. AJM

Fuente:
http://www.informativos.telecinco.es/codigo_da_vinci/dan_brown/secuela/dn_34271.htm

DECLARACION DE ITAJAI

FORO REGIONAL DE MASONERIA SIMBOLICA

DECLARACION DE ITAJAI

En la ciudad de Itajaí, Estado de Santa Catarina, República Federativa de Brasil, entre los días 6 y 8 de octubre de 2006, tuvo lugar el 1er. Foro Regional de Masonería Simbólica, organizado por la Gran Logia Arquitectos de Acuario (GLADA), y auspiciado por la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica (CIMAS). El tema tratado en esta oportunidad fue "¿Cómo contribuye la Masonería al Progreso Social?". Los participantes, pertenecientes a varias potencias masónicas de la Región MERCOSUR y Portugal e invitados no masones, luego de la presentación de 21 Ponencias y enriquecedores debates, DESEAN EXPRESAR LAS SIGUIENTES CONSIDERACIONES:

1) El agradecimiento más sentido por la fraternal hospitalidad brindada por los Hermanos y Hermanas Francmasones de la Augusta y Respetable Logia Simbólica Mirach No. 37 del Valle de Itajaí, jurisdiccionada a la Gran Logia Arquitectos de Acuario (GLADA) de Brasil.

2) Los participantes consideran que la Masonería Liberal es una Institución que se funda en el sentimiento de fraternidad, que tiene como objetivo la búsqueda permanente de la verdad, el fomento del desarrollo intelectual y moral, y la responsabilidad cívica de sus miembros. Cree en la existencia de sociedades o Estados en vías de perfeccionamiento. Por ello pretende ser una factor activo de progreso, entendiendo por éste la constante superación del pasado, para emancipar al ser humano de la ignorancia, del dolor, de la esclavitud y de toda servidumbre material, moral y espiritual, y hacerlo participar de todos los beneficios que puedan proporcionar la civilización, la cultura, la tecnología y los descubrimientos científicos por medio de una organización positiva de la sociedad. La Masonería Liberal inicia y prepara a toda persona de buena voluntad que busque el perfeccionamiento de la Humanidad, sin discriminar por género, opción sexual, deficiencias físicas, raza, religión o concepciones metafísicas particulares, que no se opongan a sus principios. Trabaja por la construcción de una sociedad de mayor libertad, de mayor igualdad, tolerancia y solidaridad, dando a cada uno según sus méritos y virtudes, sean masones o no.

3) Por ello, en materia política sostienen que ésta se debe regir por la moral y la ética. La política debe estar regida por la búsqueda del interés y del bienestar general, y no estar al servicio de minorías que detentan la riqueza y el poder. Por tanto, sostienen que en esta construcción, es progresista todo lo que estimule la construcción humana, pueda verse reflejado o no en un índice económico. Su proyecto es, esencialmente, el de fomentar la dignidad para todos los hombres y mujeres que componen la Humanidad.

4) En este sentido, reafirman su adhesión a la democracia integral, política y económica, al pleno ejercicio de los derechos humanos, a la promoción de la educación pública, gratuita, obligatoria y laica, a la separación del Estado de toda fórmula de dependencia de cualquier concepción religiosa o filosófica, para asegurar la pluralidad de ideas y el respeto de la conciencia de los ciudadanos, y su férrea condena a la corrupción que gangrena el verdadero desarrollo social, que es aquél que fomenta la equidad.

5) Sostienen que para trabajar por el bien público, debe impulsarse una sociedad que sea sustentable en su propio desarrollo moral y ético. Por ello piensan que afianzar un sistema político realmente representativo de la voluntad popular, pasa por mejorar los sistemas electorales de manera que el control de los representados sobre los representantes sea más estrecho, haga a la política menos dependiente de los poderes económicos y se elabore verdaderas estrategias para formar ciudadanos esclarecidos que tomen los destinos de la política en sus manos. Por eso, es tan importante poner el acento en que la educación se enfoque en construir, a partir de la calidad de contenidos, ciudadanía y laicidad. Y a partir de ahí, el surgimiento de ciudadanos preparados para ejercer la política como virtud y no como conveniencia personal. Solamente una ciudadanía esclarecida, desde el punto de vista de los valores, derechos y obligaciones, logrará frenar el mal endémico de las sociedades latinoamericanas, que es la existencia de los demagogos y populistas que excitan a las masas comerciando con sus necesidades e ignorancia. Los ciudadanos deben recuperar el espacio público que por derecho les corresponde.

6) En particular, vista la situación de nuestras sociedades, y para ir remediando la misma, sostienen que hay que avanzar sobre situaciones concretas:
· Proyectar la Salud, la Educación y el Transporte desde un enfoque social.
· Tratar la demografía como una política de Estado de interés estratégico.
· Poner particular énfasis en la salud reproductiva, planificación familiar y contracepción, enfocado particularmente en el embarazo adolescente. Fomentar la maternidad y paternidad responsables.
· Combatir la violencia doméstica y sexual, como formas extremas de atentado a la dignidad humana.
· Respetar la diversidad cultural, étnica, de género y de opciones sexuales.
· Fomentar el consumo responsable y el respeto a todas las formas de vida que conforman el equilibrio ecológico de nuestro planeta.
· Evitar el agrandamiento de la brecha digital, y fomentar el pasaje a la sociedad del conocimiento.
· Realizar un gran esfuerzo de integración de los jóvenes, a través de estrategias inclusivas, de manera que sientan que están participando plenamente en la construcción social de su destino.
· Propender a alcanzar la meta de ingresos mínimos dignos para las familias, y una política previsional que haga de nuestros ancianos ciudadanos plenos.

7) La tradición humanística de la masonería nos hace ver los fenómenos humanos desde el ángulo de la universalidad, por ello, todo lo que fomente una conciencia planetaria y la unión de los pueblos, está dentro de nuestro interés y preocupación. Pensamos que todo lo que se avance hacia el afianzamiento de los organismos internacionales desde la óptica del bienestar de los pueblos y naciones, y por la paz mundial, es siempre bienvenido y cuenta con nuestro entusiasta apoyo. Sin embargo, vemos que frente a la globalización impulsada por el capital financiero y las corporaciones internacionales, no ha aparecido aún la respuesta de una mundialización de corte humanista. En este sentido pensamos que los organismos internacionales que representan a los gobiernos debieran completarse con entidades que representen a los pueblos. La sociedad internacional ganaría en democracia.
Por eso, no podemos dejar de manifestar nuestra inquietud por el severo deterioro que está sufriendo el proceso de integración regional y latinoamericano en curso. Y de buena manera pensamos que una parte del problema está en que ese proceso de integración se realiza desde la cúspide del poder y no desde el corazón del pueblo. En este sentido, sostenemos que la integración debe realizarse en el respeto e igualdad entre los estados grandes y los pequeños, e implicar a los pueblos en la construcción de una ciudadanía regional. Esto implica la creación de entidades políticas de corte parlamentario libremente electas para esa actividad específica.

8) La masonería trabaja respetando sus antiguas tradiciones, contribuyendo con sus ideales de servicio a la humanidad, y protegiendo el patrimonio ecológico de nuestro sistema planetario. Pretende alcanzar sus metas a través de la difusión de sus ideales, la prédica a través del ejemplo y la acción positiva de sus miembros sobre la sociedad difundiendo el conocimiento, uniendo las tradiciones espirituales no sectarias de la Humanidad al espíritu científico y luchando contra la ignorancia. Ella aspira a realizar estos fines dentro de la comunidad humana, por lo tanto, no fomenta la neutralidad de sus miembros en ninguno de los temas que atañe a la misma. No es órgano de ningún partido político, o centro de poder, pero agrupa en su seno a hombres y mujeres dispuestos a impulsar la justicia y la paz entre los hombres y los pueblos, buscando el progreso del género humano, obstaculizado constantemente por la ambición, la ignorancia y la superstición; y en esta misión no se cree exclusivista, sino que une sus esfuerzos con quienes converjan en visiones similares. En este camino, la Francmasonería es optimista, porque cree en la infinita capacidad de autoperfeccionamiento de los seres humanos, e impulsando estos ideales, ella contribuye a la liberación de los hombres y mujeres de este mundo que buscan construir su propio destino y encontrar la felicidad.

Itajaí, Sta. Catarina, Brasil, 8 de Octubre de 2006

16 octubre, 2006

La firma de los canteros

TEXTO: J. FÉLIX MACHUCA
FOTO; J. M. SERRANO

En 1517, Diego de Riaño, uno de los maestros canteros más brillante que tuvo la obra catedralicia, protagonizó un durísimo desencuentro en el taller de la Catedral. Riaño, a quien Sevilla le da calle para recordar el cielo de su gloria, se enfrenta violentamente con Pedro de Rozas. Tiene que escapar de Sevilla huyendo de la Justicia. Y se asienta en el vecino reino de Portugal. Allí, el cántabro que mejor entendió los secretos de las piedras, le escribe a Carlos V buscando perdón: "...avía çinco annos que en Sevilla yo obe palabras con Pedro de Rozas de las cuales el fue principio e me tiro con un maço e me dio con el e luego arremetió contra mi con un punnal e yo estuve quedo e sin armas e tomé el maço que me avía tirado e commo el llego a darme de puñaladas yo por defenderme dile con el maço en que disen que murió a cabo de diez dias por lo cual ando absentado en los reynos de Portugal todo este tiempo..."
No parece, pues, excesivamente literaria la peripecia vital del personaje central de «Los pilares de la tierra» a quien Ken Follet convierte en cantero errante, bravo y trotamundos. En cualquier caso la vida de estos hombres no era nada sedentaria. Viajaban allá donde tenían noticias de que se levantaban iglesias, abadías, catedrales o edificios de cierta envergadura y hacían del taller o la logia su centro de trabajo. Era este un lugar de carácter efímero que mudaba de ubicación con las fases de la obra para estar cerca de las exigencias del trabajo. En el taller se trataba la piedra tallando el material que llegaba de las canteras empleándose escodas, martillos, cinceles y mazos como el que le arrojaron a Riaño y que se resolvió en pendencia, navajazos, martillazos y huida de la Justicia. En estrecha relación con el taller o logia estaba la Casa del Yeso o casa de las Traças. Se tiene constancia escrita ( Libros de Mayordomía nº 6. folio 31. Archivo de la Catedral) de que en 1440 se construyó una de estas casas. Era de ladrillo, cerrada con cubierta de madera y vigas de robles. Según el profesor Rodríguez Estévez «en su interior el maestro mayor guardaba sus trazas sobre pergamino y con sus colaboradores más directos, usando el cordel, el compás y la escuadra, desarrollaba los diseños sobre la superficie de yeso». No ha quedado ningún rastro de estas auténticas salas de proyectos de la obra gótica. Pero en la Sala Capitular se conserva una Sala de Yeso, atribuida a Hernán Ruiz II, como sostienen Pinto Puerto y Alfonso Jiménez Martín.
El oficio de cantero no era leve. Como casi nada en aquellos tiempos. La dureza del trabajo de la piedra se complementaba con horarios y exigencias laborales que hoy pondrían los pelos de punta a cualquier sindicalista, incluso al que menos aversión al trabajo firmara. Así, cada día, tal y como recogen las ordenanzas de la catedral, los canteros acudían a la llamada de un hombre de la Fábrica que tañía una campana «quando quiere amanecer» y concluían a la hora de oración al clamor del mismo campanazo. La luz solar marcaba el horario de trabajo de los canteros. La semana era larguísima: de lunes a sábado pero sábado de jornada completa. Se descansaba el domingo. Y alguna que otras fiestas de guardar. Es de imaginar que un trabajo tan riguroso y estricto fuera causa de un absentismo más o menos importante. Para el cumplimiento de los horarios de trabajo se había establecido un curioso seguimiento. Cada trabajador, al llegar a la obra, debía de colgar su capa en un lugar determinado. Solo así, el veedor (especie jefe de personal) o el campanero en su ausencia podían constatar su asistencia o falta, como recoge el profesor Rodríguez Estévez en el libro «La catedral gótica de Sevilla».
El grandioso trabajo de aquellos hombres nos deja un rastro humilde, casi clandestino, en la piedra que trabajaron. Son las marcas de los canteros, esa caligrafía geométrica que viene apareciendo en fachadas, arcos, columnas pináculos, arbotantes y portadas del edificio catedralicio. Según Rodríguez Estévez, en la obra gótica de la catedral, se recogen cerca de un millar de marcas correspondientes a 135 tipos. Estas marcas podríamos dividirlas en tres grandes grupos: las ejecutadas, en origen, por los canteros jerezanos y portuenses que extraían la piedra para la Catedral; las marcas de cobro, con las que se señalaban las trabajadas por cada cantero para evitar confusiones y poder cobrarlas de forma específica y las llamadas de estima. Estas últimas eran realmente firmas vinculadas a trabajos de jerarquía, a trabajos que estimulaban por su importancia el orgullo y la vanidad profesional del cantero. Están realizadas a conciencia o como afirma Rodríguez Estévez «como expresión orgullosa de un trabajo personal». En realidad estas marcas rubrican trabajos de canteros muy cualificados como podrían ser un maestro mayor, un aparejador o algún notable entallador. Con mayor o menor margen de seguridad, los expertos atribuyen marcas de este cariz a canteros como Carlín, Pedro de Toledo, Juan Norman y Nicolás Martínez. La mayoría de estas marcas realizadas en la parte gótica de la Catedral fueron grabadas entre 1435 y 1496.
En 1528 Diego Riaño vuelve a Sevilla tras obtener el perdón del emperador Carlos V. Cuando entró en la ciudad, la altura del templo ya debía dominar los cielos de una urbe pujante e intratable. Una ciudad que había empezado a levantar el templo antes de que Colón descubriera América y que ahora, en plena ciudad del Quinientos, veía llegar al Guadalquivir galeones de plata. La montaña de piedra que se alzaba sobre la antigua aljama almohade había ido tomando forma definitiva gracias a hombres como Riaño que, sin ser un personaje tan literario como el protagonista de «Los pilares de la tierra», si hace de su vida una auténtica novela. Tras su regreso es nombrado maestro mayor de las obras de cantería. Sin dudas por su destreza manejando el compás y el maço... Para erigirse en uno de los maestros canteros más sobresalientes de un gremio que, a lo largo del tiempo, dejará sobre las piedras de la Catedral las marcas y firmas que hoy podemos rastrear, documentar y conocer un poco más gracias a trabajos tan exhaustivos como el del profesor medievalista Rodríguez Estévez.



Fuente:
http://sevilla.abc.es/20061015/sevilla-sevilla/firma-canteros_200610150307.html

15 octubre, 2006

MASONERÍA Y FILOSOFÍA

UNA APROXIMACIÓN AL TEMA
Iván Herrera Michel. 33º

Es un hecho incontrovertible el que la Masonería es un fenómeno plural que ha abarcado - y abarca - diferentes respuestas a la actitud interrogativa que define el accionar filosófico. Y aunque el tema es muy complejo podemos intentar una primera aproximación para iniciar el debate de la siguiente manera.

Cada época se refiere a sus propios paradigmas, y estos, a su vez, surgen de la evolución de los correspondientes a la anterior fase. Es decir, para no salirnos del tema, que ni en la Masonería ni en la filosofía existe la generación espontánea.

La Masonería moderna se inició como un fenómeno sociológico del siglo XVIII, netamente europeo, en el que, por lo tanto, brillaron por su ausencia las filosofías amerindias, la filosofía árabe preislámica, las filosofías del África subsahariana, la filosofía mística del Tibet, y la filosofía japonesa, para citar tan solo unos cuantos ejemplos.

Aunque debe aclararse, en honor a la verdad, que desde entonces algunas concepciones Masónicas han ido incorporando estas formas de pensamiento tradicional a su quehacer Logial, junto con la Cábala, los discursos dionisíacos, los de la herencia de los Misterios de Isis y Osiris del antiguo Egipto, los de Orfeo y Eleusis de Grecia, los de los alquimistas, los de los pitagóricos, los de los Rosacruces, los de los teósofos, los de los espiritistas, los de la Nueva Era, etcétera.

En este orden de ideas, los diferentes linajes ideológicos en que se divide la Orden discrepan en que algunos ofrecen respuestas dogmáticas a las preguntas filosóficas, otros consideran más importante las respuestas racionales, y algunos más poseen un marco conceptual en el que conviven dogmas cristianos y raciocinios aristotélicos.

De cualquier manera, cuando la Masonería moderna nace, lo hace inmersa en el ambiente burgués del Reino Unido, en el cual las afirmaciones que se hacían desde las ciencias experimentales desafiaban los discursos religiosos dominantes en los que la filosofía y la teología marchaban de la mano, y las religiones cristianas legitimaban el derecho a gobernar.

En este escenario, la táctica inicial de los Masones precursores consistió en utilizar los privilegios de las antiguas Logias Operativas para amparar el estudio de los "principios fundamentales de la naturaleza", prohibiendo al mismo tiempo las discusiones sobre teología y asuntos de estado, lo cual, en esos momentos, era una decisión políticamente correcta.

Pero como la Masonería surge a lomo de caballo de la Modernidad, los rasgos fuertes de la filosofía del humanismo, tales como la secularización del conocimiento, el fortalecimiento de la ciencia y el impulso del librepensamiento también la afectaron en gran medida, resultando en consecuencia que una rama de la Masonería puso el acento de sus reflexiones en la dignidad intrínseca del hombre y en su valor social.

También es un hecho innegable, el que la Masonería emana de un ambiente cristiano que gravitaba sustancialmente sobre el legado de las dos más importantes escuelas filosóficas y teológicas de la edad media, a saber:

1) La Patrística: Esta escuela de pensamiento se da entre los siglos IV y VIII de nuestra era. En ella los pensadores - San Agustín de Hipona entre otros - concilian la idea de la existencia de un alma planteada por Platón con los dogmas cristianos; y

2) La Escolástica: Que es un movimiento que se presenta del siglo XI al XV de nuestra era, y tiene como eje central las tesis de Santo Tomás de Aquino, quien retoma el pensamiento racional aristotélico y lo incorpora a la teología cristiana abriendo la discusión entre fe y razón como manifestaciones de un mismo dios, conceptos que en caso de contradecirse deben priorizar lo que predique la fe.

De ahí, que cuando se designa a un Pastor anglicano, y a otro presbiteriano, para redactar la base normativa de la Orden, el ascendiente cristiano se volvió un imperativo categórico que ha llegado hasta nuestros días, aunque con el tiempo también perdió influencia en algunas ramas de la Masonería. En especial, las que pasaron por el tamiz de la filosofía del humanismo en Francia.

Es decir, que la base sociológica europea del siglo XVIII unida a la nueva libertad para pensar del humanismo, común en la Filosofía y en la Masonería, propicia la pluralidad de inclinaciones filosóficas que observamos en la actualidad.

Por ejemplo: Algunas Grandes Logias exigen a sus miembros que deben creer en la inmortalidad del alma, y esto es una clara herencia de la filosofía "Dualista" de Platón que divide al hombre en cuerpo y alma.

Otras Obediencias precisan la creencia en un ser supremo o en un creador del universo, que es, a su vez, una herencia común del judaísmo, el islamismo y el cristianismo. Y otras no lo hacen, separando la filosofía de la teología en sus Logias.

Y el tema no es lineal, ya que podemos encontrar en nuestros Talleres elementos provenientes de diferentes fuentes. Por ejemplo, Grandes Logias fuertemente racionalistas dan un significado cualitativo a los números tres, cinco, siete, etc., lo cual no es ni más ni menos que una concepción Pitagórica alejada de toda racionalidad empírica o experimental, pero que entre nosotros son símbolos que poseen una función constructiva.

Por otra parte, algunas Masonerías consideran que temas como los de la moral, la ética, etc., son relativos al observador y solo toman con firmeza aquellos conocimientos que han sido sometidos al tamiz de la experiencia verificable. Otras Masonerías basan sus sistemas de valores en asuntos como los de la fe, las creencias, las percepciones extrasensoriales, el misticismo, los conceptos metafísicos, la espiritualidad, las tradiciones hebreas, etc.

Podemos encontrar en nuestros discursos Masónicos coincidencias con los trabajos de Kant, Hegel, Marx, Krausser, entre otros pensadores del siglo XIX; inclusive, los textos de Darwin y los antropólogos aportan nuevas direcciones a las discusiones sobre las cosas que estamos dispuestos a aceptar. Ocuparnos de cada tópico en particular excedería los limites de este escrito que solo intenta una aproximación a las principales escuelas filosóficas que han influido a la Orden.

De todos modos, en cuanto se refiere al siglo XX, y al margen de aquellas Masonerías que buscan una experiencia mística en sus miembros o mantienen una posición filosófica derivada de la conciliación del mundo griego con los contenidos bíblicos, un observador desprevenido notaría con facilidad que el discurso Masónico liberal de hoy comparte especulaciones con por lo menos las siguientes escuelas filosóficas, por su preocupación por temas tales como la libertad, la voluntad, el pensamiento crítico y la filosofía de la ciencia, etc., que son conceptos básicos bastantes trajinados en amplios sectores de la Orden Masónica desde el siglo XVIII:

1) Existencialismo: Resalta el rol decisivo de la existencia, la libertad y la elección individual basado en el pensamiento del filosofo francés del siglo XVII Blas Pascal, en cuanto afirmaba que "una filosofía sistemática que se considera capaz de explicar a Dios y la humanidad representa una forma de orgullo". Sus principales cultores en el siglo XX fueron Søren Kierkegaard, Federico Nietzsche, Martín Heidegger y Jean-Paul Sartre;

2) Estructuralismo: en este movimiento filosófico el lenguaje es clave. Surgió en Francia en el año 1955 cuando el antropólogo Claude Lévi-Strauss publicó un articulo con el título de "El estudio estructural del mito: Un mito", en donde afirmaba que el mito "como el resto del lenguaje, está formado por unidades constituyentes que deben ser identificadas, aisladas y relacionadas con una amplia red de significados".

Entre los principales pensadores de esta escuela se destaca el historiador Michel Foucault, quien se propuso resaltar el que las ideas básicas que la gente considera verdades permanentes sobre la naturaleza humana y la sociedad cambian de acuerdo al momento histórico y a la cultura. Foucault propone que el hombre desarrolle una ética individual en la que cada uno lleve su vida de tal forma que los demás puedan respetarla y admirarla;

Por su parte, y dentro de la escuela estructuralista el sicoanalista Jacques Lacan, sostuvo con énfasis que "el dominio del lenguaje de los otros es el núcleo de la alienación psicológica";

3) Posmodernidad: Esta corriente filosófica se acostumbra a datar a partir de 1970, y cuenta entre sus pensadores a nombres de la talla del español Fernando Savater, el francés Jean- François Lyotard, el rumano Emil Cioran, el italiano Gianni Vattimo, etc. Ellos estiman que esta última versión de la filosofía, con todo y su carga de desencanto y revisión de la modernidad y el humanismo, no es sino es una reedición actualizada de los viejos sofistas griegos que sostenían puntos de vista filosóficos mucho más amplios que los de una escuela en particular, y desestimaban con un gran sentido crítico a quienes sostenían verdades absolutas y/o oficiales; y

4) Otros Filósofos: Vale la pena también, mencionar los trabajos relacionados con el estudio de la voluntad adelantados por Arthur Schopenhauer, los de la crítica al idealismo de Bertrand Russell, y los de la filosofía de la ciencia de Karl Popper, ya que de sus ideas se encuentran claras referencias entre los Masones.


CONCLUSIÓNES PERSONALES:

A grandes rasgos, la Masonería es una construcción humanista levantada sobre el terreno cristiano de la Europa renacentista, con el fin inicial de separar la filosofía y la ciencia de la teología.

En su expansión, la Masonería, dada su virtud de punto de encuentro de personas de diferentes opiniones, puso en contacto a las más variadas escuelas del pensar filosófico en distintas medidas y de acuerdo a la inclinación personal de los miembros de cada Gran Logia.

La relación entre la Masonería y la filosofía siempre ha sido la de un compartir ideológico y es incuestionable que desde el siglo XVIII muchas Logias han servido de caja de resonancia para el éxito social de muchas ideas filosóficas. Y en la actualidad, la calidad de Taller de opinión y/o de centro de reflexión de la Masonería progresista sigue llevando a la Orden la influencia de las nuevas especulaciones filosóficas.

No obstante, la perdida actual de vigencia del Humanismo y de la moral basada en dogmas está haciendo languidecer a muchas Grandes Logias que en el pasado fueron muy activas y tuvieron una gran membresía. Mientras tanto, otras Masonerías están apareciendo o fortaleciéndose con una lectura no prejuiciada de las tradiciones, la doctrina, el simbolismo y los grandes documentos de la Orden.

De ahí, que el reto actual de la Masonería con miras a su supervivencia sea el de mantener la competitividad ideológica en el mundo de hoy.



Septiembre 21 de 2006 (e:. v:.)

Fuente: http://masones.blogia.com/2006/092801-masoneria-y-filosofia-una-aproximacion-al-tema.php