20 abril, 2007

León, punto de encuentro de masones 70 años después

DAVID RUBIO

LEÓN.— Se sabe lo que la masonería no es, ni secta ni religión ni partido político, pero son muchas las personas que no sabrían explicar en qué consiste realmente. Incluso algunos masones tienen cierta dificultad en definir la orden a la que pertenecen. «Una sociedad iniciática», dicen, «en la que la información se va dando en función del grado».
Ese halo de misterio se ha convertido históricamente en una de las características principales de la masonería, en uno de sus atractivos, en una de sus más útiles herramientas de supervivencia cuando han sido perseguidos y también en uno de los grandes inconvenientes para su formación y desarrollo. Ese halo de misterio, como nunca podrá evitarse, cubre también el encuentro que se celebrará este fin de semana en León. Será la primera reunión de una logia (forma de estructura de la masonería) en esta ciudad en más de setenta años, pues desde que comenzó la Guerra Civil y, con ella, la persecución, entre otros, de los masones, nunca se había celebrado aquí lo que los propios miembros de esta sociedad denominan una tenida.

Se trata de una de las reuniones, más o menos mensuales, que cada una de las logias celebra. A la que se celebrará este fin de semana en León acudirán una treintena de masones y, como todas, se dividirá en dos partes. Por un lado tendrán lugar los ritos siempre ligados a esta sociedad y, por otro, el debate, que suele ser de carácter filosófico ya que está prohibido abordar temas como la religión o la política. Al frente de ella estará la máxima autoridad de la logia, el llamado Venerable. Por supuesto, tanto el nombre de la logia que celebrará su tenida en León como el lugar y el momento son secretos hasta después de que haya terminado.

La última reunión de una logia masónica celebrada en León se produjo en el año 1936. Entonces comenzó la persecución de lo que Franco denominó una conspiración judeo-masónica, una persecución brutalmente efectiva, tanto que contribuyó a incrementar un poco más la leyenda que desde siempre ha estado ligada a esta sociedad: se dice que durante la dictadura fueron ejecutados 40.000 masones, aunque realmente sólo formaban parte de la orden cuando comenzó la Guerra Civil 7.000.

El dicho popular de «¿Quién es masón? El que me precede en el escalafón» sirve como ejemplo de la serie de teorías conspirativas que giraron en torno a esta sociedad durante el franquismo. Adquirió su legalidad con la Ley de Asociaciones aprobada por el gobierno de Suárez, y ha vuelto a la actualidad con 'El Código da Vinci', libro que algunos masones consideran que les perjudicó y otros lo contrario pero que a ninguno dejó indiferente.

En León, cuando comenzó la guerra, tan sólo quedaba operativa de la logia Emilio Menéndez Pallarés. Otras dos logias, una de ellas localizada en el Bierzo, habían «abatido filas», como dicen los propios masones, con anterioridad. La persecución de los masones durante el franquismo les impedía reunirse y celebrar sus ritos, y desde la Transición nunca una logia había escogido León para realizar una de sus tenidas, algo que cambiará durante este fin de semana. En cualquier caso, lo que resulta evidente es que no hay actualmente demasiados masones leoneses. «Si León hubiera sido una ciudad más próspera se hubiera celebrado una tenida antes, pero de aquí mucha gente se ha tenido que ir para trabajar, y una de las condiciones para ser masón es ser libre e independiente», apuntan desde esta sociedad.




Fuente:
http://www.elmundo-lacronica.com/cronicadeleon/articulo_
01.asp?idart=3309150&idcat=4030

19 abril, 2007

“El masón Churchill acabó aceptando al antimasón Franco como mal menor”

El periodista Xavi Casinos explica cómo el dictador espió a la logia

SERGIO COLADO


La realidad histórica que analiza y documenta el libro Franco contra los masones, de Xavi Casinos y Josep Brunet, era especialmente convulsa y propicia para las intrigas. Giraban entorno a tres realidades: masones que deseaban derrocar a Franco, el dictador que vivía atemorizado, y una espía.

Por una lado, la Lisboa de los años 40, mientras se fragua la II Guerra Mundial, un punto de encuentro de exiliados, diplomáticos, espías y de una Internacional de la masonería, la AMI, que sueña con derrocar a Franco. De otra parte el dictador español que acaba de salir de la Guerra Civil y, todavía sin su poder ni su sistema político asentado, vive obsesivamente atemorizado ante los masones, la posibilidad de un golpe militar y los movimientos políticos internacionales que puedan perjudicarle. Y por último una espía, A. de S., que le mantiene puntualmente informado.

Xavi Casinos y Josep Brunet han podido investigar este escenario tras acceder a los informes que A. de S. enviaba al dictador y revelan sus conclusiones en el libro Franco contra los masones, editado por MR Ediciones. Casinos explica en una entrevista a elplural.com algunas de las claves de este documentado libro de investigación.

¿Qué era la AMI?
Después de la I Guerra Mundial se crea en Ginebra la Sociedad de Naciones, antecedente de la ONU, y los masones acogen esta idea y forman paralelamente, incluso en la misma calle de la sede de la SN, la Asociación Masónica Internacional (AMI). La integran masones de todo el mundo, especialmente americanos y europeos, con el mismo objetivo, evitar otro conflicto bélico. Por los apellidos se deduce que muchos eran judíos. Los nazis llegan al poder y muchos miembros de la AMI abandonan Ginebra y se instalan en Lisboa, que en aquellos años era una especie de Casablanca, un punto de contactos, espionajes y diplomacias.

¿Y cuáles eran sus actividades?
La AMI trabajaba en dos sentidos, ser un punto de reunión de funcionarios y representantes sobre todo de los gobiernos británico y estadounidense, muy influenciados por la masonería, también en los servicios secretos y con presidentes perteneciente a ella como Churchill, Roosvelt o Truman. La segunda vía, ya que había muchos masones españoles exiliados en Portugal, impulsar acciones de oposición al régimen de Franco.

Promoviendo por ejemplo un pronunciamiento militar… Del libro se deduce que existía un alto grado de mandos masones en el Ejército antes de la Guerra Civil.
Había muchos militares masones, especialmente leales a la República pero también muchos en el bando franquista. Por ejemplo Miguel Cabanellas, jefe de la Junta Militar de los sublevados que nombró Generalísimo a Franco, era un masón muy activo que no fue procesado porque murió antes. Antonio Aranda, otra pieza clave en el levantamiento en Oviedo, también fue depurado por masón. A Queipo de Llano se le abre expediente… Y está la leyenda, apoyada por algún testimonio oral pero no por documentos, de que Franco solicitó su ingreso dos veces en la masonería, una en Marruecos y otra en Madrid, siendo rechazado.

Y después de la contienda, ¿los masones españoles tenían capacidad?
Estaban mermados, pero en un primer momento hubieran contado con apoyo inglés en un intento de derrocar a Franco. Y cuando el Régimen tuvo constancia de estos movimientos a través de los informes de A. de S., actuó.

Franco controlaba los movimientos de la AMI…
La AMI no sospechaba que tuviera un topo, una señora que se identifica como A. de S., esposa de uno de los dirigentes de la Asociación, que se dedica durante años a copiar las actas de las reuniones así como sus documentos y cartas (Churchill, La Pasionaria, etc.) y los envía a los servicios de inteligencia franquista junto a informes realizados por ella misma: comentarios en círculos monárquicos exiliados en Portugal, actividades del propio Don Juan… Franco utilizaba esos informes para firmar artículos con seudónimo en el periódico Arriba.

¿Y quién era esa enigmática A. de S. que le informaba?
Sabemos que nació en Cuba, no me preguntes por qué pero idolatraba Franco, compartía sus fobias, como la masonería, a pesar de lo cual estaba casada con un masón... Era una mujer muy preparada para su época, traducía documentos en francés, inglés, quizá alguno en alemán, escribía a máquina, estaba bien relacionada con ambientes monárquicos, también con el gobierno portugués de Salazar…

Además de este control, ¿qué otros componentes frustran el objetivo de la AMI de acabar con Franco?
Hemos podido constatar en los informes tres momentos claves y sorprendentes. Por un lado, la carta de Churchill en calidad de masón y ministro británico en la que acepta a Franco como mal menor frente a comunistas, línea a la que se suman luego los norteamericanos. También el apoyo que Franco recibió de la comunidad judía, hay un informes de A. de S. sobre cómo Chaim Weizmann, primer presidente de Israel, le defiende porque ayudó a muchos judíos a huir de los nazis y colaboró con la creación del Estado de Israel…

¿Entonces el pragmatismo político se impuso al objetivo masónico?
Churchill antepone los intereses de su país y de la geoestrategia anglosajona en Europa antes que una supuesta fidelidad o hermandad a la masonería, pero eso lo hacen los masones ingleses en general. Para la debilidad de la AMI resulta clave que la masonería norteamericano rompa con ellos y se quedan sólo con la influencia británica. El resto de la masonería europea estaba muy mermada.

¿Y el último revés?
El último hecho que certifica el fracaso de la AMI es un informe de la American Express Company, en 1945, en la que recomienda España como destino turístico para los estadounidenses. En ese momento se dan cuenta de que han perdido la batalla.

Fuente:
http://www.elplural.com/macrovida/detail.php?id=11079